Tal como en el tercer partido, a Colo Colo le bastó un cuarto para empatar 2-2 a la final de la Liga Nacional de Básquetbol contra Castro. Un parcial, el tercero. Esos diez minutos, y un jugador inspirado. Como el bestial O'Louis McCullough. Con eso, los albos ganaron el cuarto encuentro de la definición, por 93-81. Ahora, todo se remite al último y definitivo duelo de la serie, en la Isla Grande de Chiloé, donde se decretará al campeón.

Tal como el sábado, anoche el partido se quebró después del entretiempo. Si McCullough partió deslumbrando en el primer parcial (11 tantos), en el tercero, fue imparable. En esos diez minutos, el estadounidense fue una tormenta goleadora, con 24 puntos, metiendo 4 de 5 triples, 4 de 5 dobles y perfecto en cuatro tiros libres.

En algún momento, Emmanuel Okoye pareció poder neutralizarlo. Pero McCullough le encontró la vuelta a esa marca, y pulverizó las opciones castreñas de liquidar la serie en Santiago. Se cansó de anotar, de afuera y de adentro, para terminar con 55 puntos.

Más encima, ofensivamente, Castro no funcionó. Terrence Thomas anotó muy poco, bien marcado. Sólo los internos, Juan Fontena y Okoye, aportaban consistentemente en el goleo. Y, si el sábado Gonzalo Velásquez había tenido un tibio rendimiento, ayer el Milodón quedó absolutamente en deuda, lejísimos de lo que mete cuando juega en casa.

Si bien Colo Colo no ganó tan holgadamente en las cifras como en el tercer partido, igual se impuso con autoridad. Torció un duelo parejo en el momento preciso y controló el ritmo, de la mano de un goleador inclemente. El Cacique, ayer, no necesitó del aporte venido desde el banco, ni de la riqueza de su plantel. Le sobró con McCullough para igualar la serie. Llegó el momento en que la temporada se remite a un duelo.