Partió arrasando Cleveland y terminó venciendo por 137-116 a Golden State Warriors, en el cuarto partido de la final de la NBA. El equipo de LeBron James estiró de esta manera, la confrontación, al menos, hasta el lunes.

Aunque las cosas se veían oscuras para el local antes del inicio del compromiso, pues estaba 0-3 en la serie, al término del partido había más caras de esperanza en Cavs. Es que ahora la historia se pone muy similar a la del año pasado, cuando los Caballeros estuvieron 1-3 abajo en la serie y terminaron quedándose con los anillos por primera vez.

Cavs partió aplastando, porque aunque el primer cuarto fue muy polémico por las faltas cometidas y los cobros arbitrales, en la historia quedarán los 49 puntos que marcó el local, la mayor anotación en un parcial en la historia de las finales de la liga. Warriors tenía 33.

Misma cosa al final de la primera mitad, cuando Cleveland sumaba 86, superando por cinco la marca histórica de todas las vueltas de playoffs. Warriors sumaba 68.

La diferencia siempre fue en favor del equipo de Ohio, hasta 22 al cierre de la primera mitad, aunque ese parcial fue para Cavs por sólo dos unidades. No había que bajar los brazos.

En la segunda mitad siguieron las polémicas. Draymond Green (Warriors) se salvó de irse fuera por un inexplicable error de la mesa, pero la visita nunca pudo alcanzar a Cavaliers, que ganó el tercer parcial por uno.

La cuarta parte se iniciaba 115-96 y fue solo la previa del marcador final.

Ahora Cavs está ante otro reto histórico, el intentar una remontada tras haber estado 0-3 abajo, algo que hasta ahora ningún equipo ha podido conseguir.

Warriors no pudo levantar la copa en calidad de visita y estiró el choque a su casa, donde este lunes espera sellar su segunda corona.