Finalizan movilizaciones de miles de desempleados en Buenos Aires

Miles de desempleados enfrentados con el gobierno de Cristina Fernández levantaron hoy el campamento que mantuvieron desde hacía dos días en pleno centro de Buenos Aires luego de llegar a un acuerdo con funcionarios, dijeron fuentes oficiales.

Unos 10.000 "piqueteros", como se denominan en este país a quienes cortan calles o carreteras para hacer sus peticiones, habían iniciado la protesta el pasado martes en una tradicional avenida porteña en reclamo de participación en programas de empleo.

Los manifestantes, cuya protesta colapsó el centro de la capital argentina, decidieron levantar la medida al cabo de una reunión con funcionarios del ministerio de Desarrollo Social, que prometieron atender los reclamos.

De todas formas, el dirigente del movimiento "Barrios de Pie" Roberto Baigorria advirtió que si el Gobierno no cumple con sus promesas volverán "a las calles" a protestar.

Los desempleados, integrantes de organizaciones opositoras al Gobierno, decidieron acampar en la tradicional avenida de Mayo después de que la Policía les impidiera llegar el martes a la sede del Gobierno argentino, distante 300 metros del lugar donde finalmente montaron decenas de tiendas para acampar.

Bajo el lema "Trabajo sin clientelismo", los "piqueteros" reclaman ser incluidos en un plan de empleo en cooperativas lanzado hace meses por el gobierno y que, según denuncian, es controlado por alcaldes de municipios de las afueras de Buenos Aires afines a Fernández y a su esposo, el ex presidente Néstor Kirchner (20032007).

Funcionarios del Ministerio de Desarrollo Social se comprometieron a reabrir el padrón de inscripción al plan de empleo en varias localidades bonaerenses, señalaron dirigentes "piqueteros" al término del encuentro, que finalizó esta madrugada.

A principios del mes pasado estas mismas organizaciones protagonizaron un acampe similar, que duró 31 horas, en la Avenida 9 de Julio, la principal de la ciudad.

Estas y otras protestas que se vivieron por esos días en la capital argentina fueron interpretadas por el Gobierno como maniobras de desestabilización.