Señor director:
Son acertadas las consideraciones de Natalia Muñoz y Claudio Pérez sobre el estancamiento de los recursos para financiar proyectos de jóvenes investigadores; la falta de responsabilidad de las instituciones que realizan investigación respecto de las condiciones de los que trabajan generando conocimiento, y el prácticamente nulo aumento de inversión en ciencia y tecnología reflejado en el proyecto de ley de Presupuesto 2017.
Respecto de la necesidad de elevar el esfuerzo estatal en inversión en ciencia y tecnología, se ha propuesto un acuerdo nacional para un aumento de 0,4 a 1,2 % del PIB en un plazo de 10 años. Anuncios con este fin no nos han faltado: los presidentes Lagos, Bachelet y Piñera pretendieron duplicar los esfuerzos durante sus mandatos y el resultado fue nulo; Piñera incluso fue más allá, ambicionando sentar las bases para que pudiera doblarse nuevamente en los siguientes ocho años de su gobierno.
¿Qué falta para concretar estos objetivos? Quizás no estamos convencidos de los beneficios de la ciencia y la tecnología para nuestras necesidades esenciales y, más aún, no tenemos un proyecto país que las considere un pilar fundamental para nuestro desarrollo. Adicionalmente, el proyecto que crea el ministerio de ciencia y tecnología, anunciado para agosto, aún no se concreta. Nos falta mucho por hacer.
Jorge Babul C.