El Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) informó que Tepco, la firma operadora de la planta nuclear japonesa de Fukushima, está evaluando retirar las placas de los reactores 5 y 6 para evitar que allí se acumule hidrógeno.
El hidrógeno causó en los últimos días explosiones en los reactores 1, 2 y 3. Los reactores 5 y 6 estaban apagados en el momento del terremoto, aunque siguen llenos de combustible nuclear.
La OIEA pidió hoy más información a Japón por lo que calificó como una "inquietante" situación en la central nuclear de Fukushima.
"Han pasado algunas cosas inquietantes desde nuestro último briefing", dijo en una conferencia de prensa el director general del organismo, Yukiya Amano.
El personero enumeró los problemas en el complejo nuclear, entre ellos el que un fuego en un depósito para barras de combustible usadas en el bloque 4 emita radiactividad.
Otras informaciones apuntan a posibles daños en la coraza de seguridad del reactor 2. Aunque no quiere especular, el daño podría ser limitado ya que la presión dentro del reactor no ha variado, agregó. Además, se estima que en el mismo reactor podría estar dañado menos del 5% del núcleo.
Amano criticó también por primera vez el flujo informativo entre la OIEA y las autoridades japonesas. "La comunicación tiene que ser reforzada", dijo y pidió informaciones más rápidas y más detalladas para el organismo. Además, planea enviar un pequeño equipo de expertos para la supervisión de la situación medioambiental y para la coordinación con el gobierno nipón, dijo también Amano, que no dio aún una fecha para el viaje: "Mientras más pronto, mejor", indicó.
Entanto la agencia Reuters informó que dos trabajadores se encuentran desaparecidos y el techo del reactor número 4, de la central Fukushima está agrietado luego de la explosión ocurrida hoy en la planta citando a la agencia de seguridad nuclear del país.
La entidad no entregó la identidad de los trabajadores que faltaban, pero señaló que estaban en el área de turbina del reactor 4.
Las autoridades están intentando desesperadamente evitar que se agote el agua destinada a enfriar los núcleos radiactivos de los reactores de la planta, lo que podría llevar a un sobrecalentamiento y a la liberación del material radiactivo en la atmósfera.