Pese al hermetismo con que está trabajando el fiscal militar de Angol, Rodrigo Vera, una fuente cercana al caso del comunero muerto, Jaime Mendoza Collío, señaló que al menos cuatro muestras de tejidos del cuerpo y de parte de sus ropas fueron remitidas a los laboratorios criminalísticos de la Policía de Investigaciones de La Serena, Temuco y Santiago, mientras que el Servicio Médico Legal de Angol hizo lo propio remitiendo muestras a su central en la capital regional.
La particularidad de las inspecciones, la estaría dando la diligencia ordenada por el SML de Angol, ya que estaría solicitando especialmente pruebas de tipo tanatológico, pero agregó análisis toxicológicos.
La fuente señaló a La Tercera que al igual como ocurrió en el caso de la muerte del comunero, Matías Catrileo, en similares circunstancias que Mendoza, lo que se busca es dar una base científica a las primeras conclusiones respecto de cómo fue la muerte del joven, y si este percutó o no la supuesta escopeta que llevaba consigo y de la cual hasta ahora no se conocen detalles ni ha sido encontrada.
El objetivo de remitir muestras a la ciudad de la Cuarta Región, responde a que en ese lugar es donde existe la mejor tecnología y equipo humano del país para realizar peritajes relacionadas con el tema balístico.
La idea sería determinar, entre otras cosas, restos de pólvora en las manos del fallecido mapuche, como así también en parte de sus vestimentas.
La misma fuente señaló que además de fotografías que se habrían adjuntado, se sumaron lo que en el lenguaje científico tanatológico se denominan "pulpejos", que corresponden a pequeños trozos de piel en las heridas que resultaron de un impacto de bala y que en este caso, serían de las partes de entrada y salida del proyectil que habría causado la muerte a Mendoza y de esa forma probar la trayectoria de la munición.