"Más de 2.500 personas defraudadas por un monto que supera los $ 1.000 millones". Ese es el balance preliminar del fiscal jefe de Ñuñoa, Carlos Gajardo, sobre el actuar de una banda de clonadores de tarjetas bancarias. Los fraudes habrían sido efectuados tanto en cajeros automáticos como en distintas tiendas comerciales de la Región Metropolitana.
De acuerdo con lo señalado por el Ministerio Público, tras seis meses de indagatorias coordinadas con la empresa Transbank, lograron capturar a 11 miembros de la denominada "Banda Andina". La explicación del nombre se debe a que de los detenidos, hay cuatro colombianos, dos chilenos, dos ecuatorianos, dos peruanos y un dominicano, quienes permanecen en prisión preventiva tras ser formalizados.
El fiscal Gajardo manifestó que el número de víctimas podría incrementarse, debido a que peritos del OS-9 de Carabineros están trabajando en el análisis de tres bases de datos, alojadas en los computadores decomisados. "Logramos incautar en los distintos operativos alrededor de 1.000 tarjetas físicas y más de 1.500 usuarios y claves", manifestó el persecutor. Gajardo explicó que los imputados cometían los ilícitos usando métodos altamente sofisticados, argumentando que cada año las instituciones bancarias van aumentando los niveles de seguridad de las cuentas. Sin embargo, como se trata de redes internacionales, van intercambiando experiencias para poder burlar los sistemas. "Hoy en día, la actividad es liderada por extranjeros. Son organizados y logran vencer las formas de protección, debido a que los mecanismos son comunes en todo el mundo", dijo.
Respecto de la forma de recolectar los datos, la Banda Andina utilizó dos técnicas. La primera tiene que ver con la adulteración de los cajeros automáticos. Según los antecedentes de la carpeta investigativa, los acusados procedían a instalar un "skimmer" (máquina que graba la banda magnética de la tarjeta) en el lugar donde se inserta el plástico. Además, una microcámara con batería de litio captaba las claves de los usuarios. "Logramos desbaratar uno de los laboratorios más grandes existentes en el país. En una de las viviendas fabricaban réplicas de yeso, que después eran instaladas en los cajeros", indicó el fiscal.
Indicó que la otra forma de estafa correspondía al uso de POS o Punto de Venta, que es el aparato donde se desliza la tarjeta para pagar y que se usa en distintos centros comerciales. "Es una técnica mucho más compleja, ya que los usuarios no se pueden percatar de la existencia de un delito", comentó Gajardo, añadiendo que "los datos se envían a través de Bluetooth directamente a la agrupación, o convencen a algún empleado para que los deje instalar el aparato y después lo retiran". Luego de dos días de mantener el POS en el local, recaudan bastante información de los usuarios. Los delincuentes tratan de ubicar estas máquinas, que son importadas de Colombia o sustraídas de comercios, en sectores de alto número de transacciones.
MERCADO ATRACTIVO
El fiscal de la zona Oriente señaló que, de acuerdo a testimonios de detenidos, Chile se ha convertido en un lugar atractivo para desarrollar este tipo de estafa y entrega una serie de ventajas comparativas. "Afirman que es muy seguro, porque para concretar estos ilícitos se requiere llevar altas cantidades de dinero. Dicen que es baja la posibilidad de que los asalten", sostuvo.
Stefan Larenas, presidente de la Organización de Consumidores y Usuarios de Chile (Odecu), dijo que los bancos deben devolver los dineros en caso de estafa. "Ellos realizan una investigación; si acreditan que hubo delito, tienen que reembolsar, porque burlaron su seguridad. De no hacerlo, el afectado debe hacer la denuncia en la superintendencia", aclarando que lo único que hace la contratación de seguros es agilizar el pago del monto defraudado. Al ser contactada, la Asociación Nacional de Bancos declinó referirse al tema de la clonación.