El fiscal general alemán, Harald Range, abrió una investigación formal sobre las presuntas escuchas al teléfono móvil de la canciller Angela Merkel por parte de los servicios secretos estadounidenses (NSA), según anunció hoy.
El fiscal adoptó la decisión después de meses analizando datos y tras encontrar indicios fiables que apuntan a un caso de espionaje. La investigación amenaza con golpear aún más las relaciones bilaterales entre Berlín y Washington, ya dañadas por el escándalo.
"He iniciado una investigación contra desconocidos por actividades de espionaje de los servicios secretos en relación con las escuchas a un teléfono móvil de la canciller", dijo Range en Berlín tras comunicar su decisión a la comisión de Justicia del Parlamento.
Alemania es uno de los países más golpeados por el espionaje exterior de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) destapado por el ex técnico Edward Snowden. Además del teléfono de Merkel, la agencia espió al parecer millones de comunicaciones privadas en el país.
El tema tuvo además especial repercusión en Alemania, un país particularmente sensibilizado con la privacidad de las comunicaciones y el derecho a la intimidad desde las experiencias traumáticas con el nazismo y la Stasi, la policía política de la Alemania comunista.
De forma paralela, una comisión del Parlamento investiga desde abril lo ocurrido.
Range admitió hoy haber recibido casi 2.000 denuncias de particulares contra la NSA, pero señaló que por el momento no vio indicio de delito. La situación podría cambiar si la investigación por las escuchas a Merkel aporta nuevos datos.
La investigación formal comenzará con interrogatorios a testigos. Una vez finalizada, el fiscal decidirá si eleva una acusación ante la corte o si el proceso se detiene por falta de indicios.
Representantes de todas las fracciones del Parlamento celebraron el paso del fiscal. También el gobierno de Merkel dio su apoyo a la investigación, pese a los roces que el tema ya generó con la Administración del presidente estadounidense, Barack Obama.
Estados Unidos, por su parte, restó importancia a la investigación. El viceasesor de seguridad de Estados Unidos, Ben Rhodes, consideró que el mejor modo de afrontar el tema es "a través de conversaciones directas" entre ambos países.
Durante el vuelo a Bruselas para participar en la cumbre del G7, Rhodes dijo que Alemania y Estados Unidos ya lanzaron un diálogo a nivel de jefes de gobierno y de servicios secretos y que intercambian informaciones sobre el tema. "En nuestra opinión, es el mejor camino para crear confianza", dijo a los periodistas en el vuelo.