En una jornada de discusiones jurídicas en el juicio contra María del Pilar Pérez y el presunto sicario José Ruz, la Fiscalía Oriente logró incorporar una nueva prueba al proceso judicial.
Se trata de muñecos Vudú que fueron encontrados por el esposo de Rocío Zamorano (hija de la acusada) en el domicilio que habitó la arquitecta hasta su detención el 7 de noviembre de 2008 tras ser sindicada como la inductora del crimen de Diego Schmidt-Hebbel, Francisco Zamorano (su ex esposo) y Héctor Arévalo.
Pese a la férrea oposición de la defensa, quien sostuvo que no es posible incorporar evidencias halladas luego del cierre de la indagatoria y que no tienen nada que ver con los hechos por los cuales el Ministerio Público llevó a ambos imputados a juicio.
Todo esto sucedió durante el término de la declaración de la ex pareja de Pérez, Julio Castillo.
La defensa le preguntó si él alguna vez vio en peligro su integridad física, o se vio amenazado por la mujer mientras mantuvieron su relación amorosa a lo que el testigo respondió que no.
El fiscal Carlos Gajardo se tomó de esta pregunta y sostuvo que si alguna vez supo de alguna amenaza que ella propinara a su familia, a lo que Castillo volvió a responder con una negativa.
Fue en ese momento cuando el prosecutor pidió al tribunal incorporar prueba nueva, lo cual fue aceptado por mayoría con el voto en contra de la jueza Doris O'Campo.
En ese momento, el fiscal Gajardo se puso guantes y sacó de sus pertenencias unos muñecos de algodón que en sus caras tenía a la madre de una de las hijas de Castillo, a una hija de Castillo, y a un ex suegro de Castillo.
Los muñecos tenían alfileres en el rostro y las piernas, además de una cinta negra que les cruzaba el cuello.
Castillo reconoció a sus familiares y leyó una consigna que había entre esas pertenencias y fotografías "desgraciadas déjenlo tranquilo, olvídense de él", letra que reconoció era de Pérez.