El fiscal nacional, Sabas Chahuán, anunció ayer que estudia extender a todas las regiones del país la aplicación del brazalete electrónico GPS para monitorear a personas implicadas en algunos delitos que acepten someterse al sistema a cambio de no ir a la cárcel.
Desde septiembre, la Fiscalía Metropolitana Oriente, a cargo del fiscal Xavier Armendáriz, lleva a cabo un proyecto piloto. La modalidad se aplicó a un contador investigado por una millonaria estafa, quien alcanzó a estar 10 días preso. Actualmente es monitoreado por una empresa particular a través de un brazalete con GPS en su tobillo y sólo puede movilizarse por Las Condes, La Reina, Providencia, Ñuñoa y Peñalolén.
Si la persona quebranta esta medida se envía una señal a la firma que realiza el monitoreo, la que informa a la fiscalía.
"Nos parece adecuado el uso del dispositivo electrónico para controlar el cumplimiento de medidas cautelares", dijo ayer Chahuán.
Sostuvo que es más rentable el costo del brazalete que mantener a una persona en prisión preventiva. Agregó que también apoyan la iniciativa del gobierno para la aplicación de este dispositivo en condenados, ya que actualmente sólo se evalúa su uso en personas bajo investigación.
Chahuán dijo que hay que intensificar el uso de esta medida, pero agregó que es necesaria una coordinación con la Defensoría Penal Pública, la que, según el fiscal nacional, es contraria a utilizar este sistema.
Al respecto, la defensora nacional, Paula Vial, indicó que mecanismos como el brazalete "requieren de una regulación" para su aplicación. Agregó que el sistema debe aplicarse sólo a personas imputadas por delitos que, en caso de no aceptar la modalidad, irían a la cárcel.
Nelson Podestá es, hasta ahora, la única persona en Chile que utiliza brazalete electrónico. Según contó ayer a La Tercera, "ha sido una buena medida, no me ha incomodado y es una buena opción para no estar en la cárcel".
Explicó que el GPS no se puede sumergir en una piscina y se debe recargar todos los días. "Estar en prisión es algo espantoso, con el brazalete es una libertad coartada, pero libertad al fin y al cabo", sostuvo Podestá.
Ante un posible aumento de la demanda de estos aparatos, Carlos Riera, gerente comercial de la empresa que monitorea al contador, Familia en Línea, dijo que "la capacidad de poner brazaletes es bastante grande, por lo que no debería haber problemas". Agregó que cuentan con dispositivos para controlar arrestos domiciliarios y medidas preventivas en casos de violencia intrafamiliar.
El sistema se usa en Colombia para disminuir el hacinamiento de las cárceles. En Panamá está en etapa piloto y se espera que el próximo año Perú ponga en marcha los brazaletes.
En Estados Unidos el dispositivo se utiliza en casos de violencia intrafamiliar y, según la investigadora de la Fundación Paz Ciudadana, Alejandra Ahumada, "ha tenido resultados muy buenos".