Argentina podría quedar excluida de los mercados internacionales de bonos indefinidamente si no resuelve sus conflictos con acreedores que rechazaron una reestructuración de la deuda que incumplió en 2002, dijo el miércoles un analista de Fitch Ratings.
La agencia de calificación de riesgo bajó ayer la nota soberana de Argentina a 'CC' desde 'B', argumentando que la decisión de un juez estadounidense sobre la cancelación de bonos incumplidos puede provocar una cesación de pagos.
Argentina ha dicho que no pagará "ni un dólar" a los inversores que no aceptaron el canje, liderados por Elliott Management, parte de NML Capital, y Aurelius Management, y se refiere a ellos como "fondos buitre". Los fondos están demandando al país para recuperar el valor total de los bonos que Argentina dejó de pagar en 2002.
"Ellos están diciendo públicamente que no están obligados por la decisión de la corte, y si no cumplen no podrán satisfacer los pagos de su deuda reestructurada, y entonces por definición entrarán en cesación de pagos", dijo Tony Stringer, director gerente del grupo de deuda soberana de Fitch en una entrevista a Reuters.
La fuerte retórica del Gobierno de Argentina también sugiere pocas posibilidades de una resolución rápida a la saga que ya lleva más de una década.
"Si se rehúsan a pagar a los inversores que no ingresaron al canje y mantienen esa postura no se va a resolver", agregó Stringer.
"Uno se imaginaría que los dejara fuera de los mercados de capitales por un largo período hasta que logren algún tipo de acuerdo con los bonistas en conflicto", añadió.
Argentina tiene una calificación de 'B-' con una perspectiva negativa según Standard & Poor's y 'B3' según Moody's Investors Service, que también le otorgó perspectiva negativa.
La semana pasada, Argentina tuvo su primera huelga general desde que la presidenta Cristina Fernández asumió hace cinco años. Grupos sindicales de la oposición protestaron sus medidas económicas obstaculizando el transporte público y frenando la exportación de granos.
La disputa por la reestructuración ya mantuvo al país fuera de los mercados globales de crédito durante una década, y los abogados de Argentina argumentan que podría disparar una nueva crisis de deuda en la tercera economía de América Latina al poner en riesgo los pagos de 24.000 millones de dólares de deuda reestructurada.
También dicen que los últimos fallos podrían reducir la capacidad de otros gobiernos en la negociación de futuras reestructuraciones de deuda.