Cada director con sus obsesiones: para Scorsese puede ser la fe o ausencia de ella, y para Steven Spielberg es el Holocausto y la Segunda Guerra Mundial, los temas del eterno retorno. Y si el primero filmó alguna vez un documental sobre los directores que lo marcaron -el maravilloso Mi viaje a Italia, sobre el cine de Visconti, Fellini y más-, ahora Spielberg se pone al día con sus cineastas de cabecera y lo mezcla con su temática preferida. Five came back es una serie documental de tres capítulos, producida por Spielberg -quien también aparece en entrevistas, al igual que Francis Ford Coppola, Guillermo del Toro y más-, que revisa cuál fue el rol en la Segunda Guerra Mundial de los grandes directores de la época: un quinteto compuesto por John Ford, William Wyler, John Huston, Frank Capra y George Stevens. Si la avalancha de cinefilia no fuera suficiente, quien narra la serie es nada menos que Meryl Streep.
Dirigido por Laurent Bouzereau, la producción está basada en el libro del mismo nombre del periodista Mark Harris, quien documentó cómo estos cinco directores partieron al frente a poner sus cámaras al servicio de la patria, y también permearon sus películas de patriotismo. No hay mayores cuestionamientos valóricos sobre el cine de propaganda, sino que, como buena producción que tiene por algún lado la marca Spielberg, esta es una historia de heroísmo y sobre todo de fanáticos del séptimo arte, que escudriñan en las tomas y cabezas de sus ídolos. Entre clase y clase de historia, y material de archivo, son los directores de hoy los que se vuelven fans de los de antaño y uno de los mayores aportes es tenerlos discutiendo sobre qué hace grandes a películas clásicas. Spielberg, Del Toro, Paul Greengrass, Coppola y Lawrence Kasdan (director y también guionista de algunas Star Wars) desentrañan tomas, ángulos, técnicas e inspiraciones de sus contrapartes del pasado. No sólo es revisión histórica, sino que cualquier amante del cine puede encontrar en Five came back, una buena clase de cine.
La crítica del New York Times anoto: "(la serie) es una invitación a ver más: es difícil mirarla sin querer visitar (o revisitar) La señora Miniver de Wyler, o No eran imprescindibles de Ford. Es una prueba más de que, si se les necesitaba, estos hombres no creaban simplemente propaganda, sino arte que podía perdurar".