Florentino Pérez, el presidente del Real Madrid, lleva un mes preparándose para un futuro sin Cristiano Ronaldo. La directiva ha asumido que el gran ídolo de la hinchada no quiere renovar su contrato, que acaba en junio de 2015, y traza planes para recuperar la iniciativa y organizar la sucesión del goleador más contundente de la historia del club. En previsión de que el portugués siga sin aceptar las ofertas que le hace el club, el presidente se plantea, a su pesar, tener que traspasar a Cristiano este verano con el fin de recaudar fondos para fichar otras estrellas que compensen la pérdida. En la lista del club destacan cuatro nombres: Neymar, Bale, Isco y Silva.

Pérez intentó desde septiembre sellar una renovación vitalicia con Cristiano, para lo cual mantuvo conversaciones con el agente del jugador, Jorge Mendes, que también representa al mánager, José Mourinho, y a otros cuatro futbolistas de la plantilla. Un responsable del club confesó que Mendes empantanó las negociaciones en diciembre. El 14 de enero, Pérez se quedó estupefacto ante las declaraciones de Cristiano en los medios de la FIFA: "Tengo claro que quiero cumplir mi contrato. Pero no sé qué pasará en el futuro".

Según fuentes próximas a Gestifute, la compañía que dirige Mendes, el deseo del futbolista es dejar las cosas como están. Para Cristiano, esto significaría llegar a enero de 2015 y, con 29 años, quedarse libre para marcharse a cualquier parte cobrando él mismo el traspaso sin que el Madrid reciba nada. Mendes conjetura que su representado podría embolsarse hasta 80 millones de euros (107 millones de dólares), además del contrato que firme con su próximo club.

Los dirigentes madridistas interpretaron el discurso en la entrevista a la FIFA como una advertencia: o me venden o me voy libre. El funcionamiento del mercado marca los tiempos: en 2013 el precio de venta lo pondrá el Madrid, en 2014 lo determinará el jugador, y a partir de enero de 2015 el club no tendrá ninguna influencia. Mientras no renueve, Cristiano será un activo en vías de devaluación. "Si sigue sin querer renovar y recibimos una buena oferta deberíamos venderle", opinó ayer un directivo madridista, que añadió que se estudiarán propuestas con la mayor discreción para evitar una rebaja en el precio.

Alarmado ante la perspectiva de perder todas las competiciones en marzo sin atar a la estrella principal y con una campaña electoral en primavera, Pérez activó los resortes del club para anticiparse a los acontecimientos. Para los aficionados, la noticia de la marcha de Cristiano equivaldría a asomarse al abismo y el presidente busca maneras de llenar el vacío. Al repasar las encuestas entre los socios, descubrió que el jugador que más ilusiona al púbico es Neymar, la estrella del Santos, que ha firmado un preacuerdo con el Barcelona.

El Madrid envió hace semanas un delegado a Brasil a entrevistarse con Neymar. Durante las conversaciones, el jugador exhibió el contrato que cerró con el Barça. Este acuerdo estipula que, en caso de ruptura, el Barça recibirá una compensación de unos 67 millones de dólares, cantidad que se sumaría al pago del traspaso que cobraría el Santos, y que también ronda los 67 millones. En total, el Madrid debería gastarse unos 134 millones de dólares. Florentino Pérez está dispuesto. Quien tiene dudas es el propio Neymar. Reacio a cambiar de destino, el brasileño ha introducido un factor de incertidumbre. Una duda que ha forzado al Madrid a dirigir su atención hacia Gareth Bale, el extremo del Tottenham. En el club aseguran que, sea cual sea el resultado de los intentos de fichar a Bale o Neymar, la ofensiva por Silva e Isco no se detendrá.

En el entorno de Cristiano advierten de que al jugador no le interesa el dinero tanto como el afecto. Añaden que Pérez le ofreció aumentar sus ingresos en un 50%, unos 20 millones netos al año, cosa que, sumados los gastos fiscales, al club supondría el desembolso de 40 millones por ejercicio. Por el momento, Cristiano no se siente tentado. Dice que el presidente se pasó dos años sin llamarle para charlar. Que nunca le demostró el respeto que sí exhibió por Benzema, Ramos o Kaká, con los que mantiene trato. En este punto, los asesores de Cristiano creen que pudo influir el impulsor del fichaje. A Cristiano no le contrató Florentino Pérez sino su antecesor, Ramón Calderón.

Los colaboradores de Pérez creen que el presidente redoblará sus esfuerzos por renovar a Cristiano. Los optimistas aseguran que a Cristiano no le conviene irse del Madrid, y que acabará renovando. Pero abundan los pesimistas, y añaden que Mourinho no ha ayudado a resolver el enredo. Sospechan que el deterioro de las relaciones entre el mánager y el club ha influido en Jorge Mendes para que convenza a Cristiano de no facilitar las posiciones.