Floyd esquiva. Lo hace con todo. Insultos, golpes, episodios duros. No importa lo que sea: se planta y esquiva. Lo hemos visto en cada uno de sus combates, ya sea dentro o fuera del ring. Porque la vida de Mayweather no siempre fue la de "Money", ese personaje excéntrico y que genera el odio del público. Antes de la gloria del que mantiene un invicto de 49-0, hubo tristeza.
"Nunca ha sido fácil para mí. El boxeo es fácil, pero la vida nunca ha sido sencilla", reveló el púgil. Su familia siempre estuvo marcada por dos cosas: el boxeo y las drogas. La primera por su padre (del mismo nombre) y sus tíos Jeff y Roger. La segunda, por varios integrantes de clan Mayweather. Su infancia, rodeado de los problemas que la heroína causó en su núcleo, fue difícil. Significó también el momento en que aprendió que debía esquivar, tanto sus problemas como el destino que pudo ser.
Él sabía que la vida le tenía preparado otro camino. Uno lleno de triunfos. Uno en el que conquistaría cinco categorías de boxeo -súper pluma, ligero, súper ligero, welter y súper welter- y su nombre se convertiría en uno de los más importantes de la historia.
Mucho se critica de la forma en que Mayweather lleva sus peleas, pero pocos piensan en el real beneficio que le ha traído su estilo. ¿Cuántos se quejaron del juego defensivo de Mourinho cada vez que salió campeón? ¿Importó si el objetivo estaba cumplido? No. La necesidad de espectáculo ha dejado poco espacio para la estrategia, algo que Floyd sabe manejar.
Este sábado, Mayweather vuelve del retiro para enfrentar a Conor McGregor, el hombre más dominante de la UFC. ¿La razón? Hay tres: el dinero es el primero, pero hay dos que son más importantes. Y es que Floyd quiere cerrar su récord de 49-0 en 50-0 y superar a Rocky Marciano, con quien comparten la cantidad de invictos. Frente a él tendrá a un rival que marca una gran diferencia: llega en su mejor momento. Si hubo algo que se le criticó siempre es que enfrentaba a sus rivales cuando ya "venían de vuelta". Ejemplo claro fue lo que pasó con Pacquiao. Eso hoy será distinto, lo que le pone sabor al encuentro.
Esta noche y cuando la campana suene, veremos -ahora sí- por última vez a Floyd Mayweather sobre un ring. Un luchador que suspendió su retiro para -y este es el tercer punto- también levantar el boxeo. Hoy por hoy, la disciplina dejó de tener el mismo impacto que en otros tiempos. UFC representa la amenaza más grande en cuanto al dominio en los deportes de combate y eso Floyd lo sabe.
Por eso vuelve, porque sabe que es el único que puede salvar esto. Porque sabe que si hablamos de boxeo, hablamos de Mayweather. Y porque esto es algo que él decidió no esquivar.