El director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Dominique Strauss-Kahn, dijo hoy que la economía global sigue recuperándose, aunque advirtió que persiste la incertidumbre y los desequilibrios entre y dentro de los países.
"En su conjunto, la situación económica todavía es frágil y desigual y afronta una gran inestabilidad", afirmó el responsable del FMI en la Universidad George Washington de la capital estadounidense, según el texto de su discurso adelantado por el FMI.
Subrayó, en ese sentido, que "el crecimiento en las economías avanzadas, epicentro de la crisis financiera, es todavía demasiado bajo y el desempleo muy alto" y recordó que las economías emergentes, sobre todo las de Asia y Latinoamérica, avanzan a buen ritmo, pero tienen que lidiar con presiones inflacionarias.
Explicó, además, que los países de bajos ingresos han sido increíblemente "resistentes", pero se ven castigados ahora por los elevados precios de los alimentos y los combustibles.
También se refirió a la crisis de deuda por la que atraviesan distintos países europeos.
Afirmó, en ese sentido, que algunos países están en una "encrucijada" y han tomado medidas difíciles, pero necesitan "hacer más".
En última instancia, dijo, "Europa necesita una solución integral basada en la solidaridad pan-europea, para hacer frente a los problemas persistentes en el sector financiero y con la deuda soberana".
Destacó que el progreso contra la crisis ha sido "parcial" y "poco sistemático" hasta la fecha, lo que plantea, afirmó, un "riesgo clave" para los países más afectados por la crisis, así como para la recuperación de Europa en su conjunto.
JAPON Y MEDIO ORIENTE
Se refirió también a la "gran tragedia" experimentada por Japón tras el terremoto y posterior tsunami del pasado 11 de marzo. "Estamos todos impresionados con la resistencia del pueblo japonés", señaló el responsable del FMI.
Hizo alusión, al mismo tiempo, a la "transformación histórica" por la que atraviesa Oriente Medio.
"Los ciudadanos buscan una mayor libertad y una distribución más justa de las oportunidades y los recursos económicos", insistió, para añadir, a continuación, que para satisfacer esas necesidades serán necesarios grandes cambios en las instituciones políticas, económicas y sociales.
Aseguró que un cambio de esa magnitud requerirá tiempo y esfuerzo y destacó que el desafío inmediato será el de "preservar la cohesión social sin minar la estabilidad macroeconómica".
Mencionó que los subsidios públicos a los alimentos y los combustibles y la caída de las inversiones extranjeras directas y el turismo podrían frustrar los esfuerzos para lograr un modelo de crecimiento "más influyente" y la creación de puestos de trabajo necesarios para absorber una creciente fuerza laboral.
Dijo que en ese ambiente la comunidad internacional debe de estar lista para ayudar a la región "ahora y en los años venideros".