Reducir las pensiones, despedir profesores y funcionarios y subir los precios de la sanidad pública son algunas de las recomendaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI) a Portugal que desataron hoy una gran polémica, a un país que ya está sujeto a duras medidas de austeridad.

Las propuestas figuran en un informe divulgado este miércoles por el Gobierno conservador luso, sobre las propuestas del organismo para que Portugal reforme el Estado y logre ahorrar 4.000 millones de euros.

En esa suma se cifran los recortes que debe sufrir el gasto público luso para equilibrar los presupuestos del Estado, como exige el rescate financiero de 78.000 millones de euros que obtuvo el país el año pasado.

El informe del FMI, elaborado a petición del Gobierno luso, aconseja reducir el número de trabajadores públicos y sus salarios en la educación, sanidad y fuerzas de seguridad, así como bajar las pensiones y el subsidio de desempleo, que ya han sufrido fuertes recortes en los dos últimos años.

En ese sentido recomienda un reducción salarial permanente a los funcionarios de entre el 3 y el 7 % a partir de 2014, además de limitar el cobro de pluses y aumentar la jornada laboral en el sector público de 35 a 40 horas.

"El ahorro por reducir entre un 10 y un 20 % la plantilla de trabajadores del sector público -que forman unas 600.000 personas, el 12 % de la población activa- sería de entre 795 y 2.700 millones de euros", cuantifica el organismo.

También propone "limitar la duración e introducir una mayor rebaja" en el subsidio de paro, que considera todavía demasiado alto.

En materia de pensiones, el FMI considera como opción más recomendable cortar en un 20 % las jubilaciones de empleados estatales, aunque también plantea la posibilidad de elevar la edad de jubilación doce meses, hasta los 66 años.

De cara al sector educativo, los técnicos del organismo internacional insisten en que es necesario "reducir costes" y proponen "limitar el papel del Estado como proveedor de los servicios educativos" e incrementar las tasas que pagan los universitarios.

En el área de la Sanidad, los técnicos del FMI subrayan los "privilegios" de los médicos portugueses y sugieren reducir el pago de horas extra y aumentar las competencias del colectivo de enfermeros.

Además, consideran que el Ejecutivo tiene margen para subir las tasas que se pagan ahora por la atención médica y las urgencias sanitarias públicas (entre cinco y veinte euros), de las que están exentos en torno a un 50 % de los ciudadanos.

El secretario adjunto al primer ministro, Carlos Moedas, explicó en rueda de prensa que las propuestas del FMI son tan sólo "una contribución entre muchas" al debate público abierto por el Gobierno sobre la reforma del Estado que debe acometer Portugal.

"Es un documento bien trabajado", señaló Moedas, al recordar que el Ejecutivo luso todavía estudia qué medidas aplicar para reducir el coste del Estado.

"Nuestra situación hoy no es sostenible, tenemos que ser más eficientes", recalcó.

El texto final del FMI fue conocido horas después de la publicación, en un diario luso, de una versión preliminar que cuantificaba en un 20 % la reducción de funcionarios y aconsejaba el despido de unos 50.000 profesores y auxiliares, cifras que no aparecen en el informe definitivo.

La oposición, los mayores sindicatos del país, la socialista UGT y la comunista CGTP, así como asociaciones de militares, profesionales de la salud, docentes y pensionistas criticaron con dureza las sugerencias del FMI y emplazaron al Ejecutivo a no considerarlas.

Desde el Partido Socialista, principal de la oposición, su secretario general, Antonio José Seguro, recalcó que "no están dispuestos a negociar un corte de ese tipo" y atribuyó el documento a los intentos del Ejecutivo por "tapar sus errores".