El bajo perfil que ha desarrollado el fiscal nacional económico, Felipe Irarrázabal, es una estrategia que lo tiene muy satisfecho. Dice que le gusta mucho poder caminar por el centro de Santiago sin sufrir inconvenientes y que incluso el pasado miércoles 19 de abril, cuando ejerció su labor de censista en la localidad de Buin, el no ser reconocido fue algo que le sirvió mucho.

"Fue una experiencia extremadamente interesante, aunque al inicio pensé que no me iba a gustar. Pero fue una experiencia humanamente interesante. Me sentí bien acogido, nadie me reconoció, lo cual me pone muy contento", cuenta.

A Irarrázabal le gusta trabajar tranquilo y así lo dijo con fuerza en enero pasado, cuando destacó su independencia y su perfil técnico en la Cámara de Diputados, durante la sesión a la que fue invitado para explicar el caso pañales, proceso donde se daba cuenta de que CMPC, la firma del grupo Matte, no sólo se coludió en el área tissue con la sueca SCA (ex Pisa), sino que también en el negocio de los pañales con la estadounidense Kimberly Clark. Ahí, los diputados consultaron al abogado por qué el proceso fue archivado, lo que se debió a que la Fiscalía Nacional Económica (FNE) consideró que los hechos estaban prescritos.

"Si me pregunta, ese episodio fue desafiante y difícil, pero cada caso que uno presenta tiene desafíos importantes que, quizás, se pueden ver menos o pueden ser menos mediáticos, y también porque nuestro público no son las redes sociales", asegura.

Pese a eso, Irarrázabal está consciente de que hoy los temas de libre competencia se han vuelto relevantes para la opinión pública, lo que estima que le agrega a su gestión un desafío adicional. "Pero creo que el conocimiento que la gente de la calle tiene ahora sobre lo nefasta que es la colusión y de la necesidad que tiene el poder económico de tener un cierto contrapeso en posibles abusos de posición dominante es positivo y está dentro de la promoción que tenemos que hacer de la libre competencia en el mercado", comenta la autoridad.

*Delación compensada

Ahora, sin embargo, el desafío para la FNE será mayor. Desde octubre del año pasado la entidad, que cuenta con más de 100 personas en su staff, ha estado avanzando en la aplicación de la nueva Ley de Libre Competencia aprobada en el Congreso luego de un año y medio de tramitación, y que estará completamente operativa desde junio próximo.

En octubre pasado, de hecho, el organismo inició la consulta pública del formulario de participaciones cruzadas y desde ahí no ha parado. En la actualidad ya se cerró la consulta pública de la guía de Estudios de Mercado e inició las relativas a las últimas guías relacionadas con el nuevo sistema de operaciones de concentración.

"En la FNE hemos tenido muchos desafíos y este es uno más", subraya Irarrázabal, quien, además, se prepara para destacar estos y otros avances de la entidad en la cuenta pública que entregarán el próximo jueves en sus oficinas, ubicadas en el centro de Santiago.

De la nueva norma, uno de los temores que desde ya despeja Felipe Irarrázabal es el impacto que puede sufrir el programa de delación compensada, luego de los cambios que se introdujeron en el nuevo cuerpo legal: ahora se establece que el delator que primero haya aportado antecedentes a la FNE estará exento de responsabilidad penal, mientras que al segundo delator, que aporte antecedentes adicionales, se le rebajará en un grado la pena.

"El programa de delación compensada ha sido positivo y creemos que va a seguir siendo exitoso. Siempre cuando hay cambios se produce mucho ruido, pero a pesar de ese ruido, creemos que es un programa sólido", sostiene. Y reitera: "Los únicos que pueden saber si el programa de delación compensada está funcionando o no somos nosotros. Estamos tranquilos. Creemos que la ley quedó muy bien redactada y que es un programa que va a seguir dando frutos y que seguirá desbaratando carteles en el futuro".

*Institucionalidad sana

Uno de los programas relevantes que creó la nueva ley es la atribución que se le otorga a la FNE para el control de las fusiones que se generen en el mercado. Para Irarrázabal, esta facultad es muy técnica, pero también muy importante y está muy conectada con la colusión. "Los temas de fusiones son temas que están muy interrelacionados con la colusión, porque no hay duda de que en la medida en que existan más actores en el mercado, el costo de transacción de coludirse es mayor. Al permitir esas operaciones de concentración, de alguna forma aumenta el riesgo de coordinación entre los actores que quedan en el mercado", explica.

Por eso, enfatiza en el carácter "delicado" que tiene el programa de control de fusiones y aclara que para desarrollarlo correctamente es necesario que el organismo y las empresas gocen de buena salud.

"Nunca habíamos llegado a tener en Chile un sistema de control previo de notificación de concentración. Este es un paso muy importante, es delicado, requiere que el organismo público tenga buena salud y que tenga una buena capacidad para evitar todo tipo de gérmenes o virus, charlatanería y politiquería. Requiere de una buena salud tanto de las mismas empresas que se quieren fusionar, como de los organismos que están revisando la operación", asevera.

Todos esos factores, añade el abogado, son indispensables para poder realizar una evaluación lúcida sobre los elementos que están en juego cuando dos o más empresas se asocian. "Hay que ser objetivos, fríos y asépticos, casi como en una sala de operaciones de un hospital. Y con eso tomar una buena decisión, que sea eficiente y que, en definitiva, se traduzca en un bienestar para los consumidores", insiste.

A eso también se le añade la rapidez, pues la norma es específica en los plazos: 30 días para aquellas operaciones que no tengan inconvenientes y 90 días para las que presenten desafíos en libre competencia. "Hay dos tipos de riesgos: que sea más fácil coordinarse en un contexto de colusión, porque en la medida en que haya menos actores es más fácil hacer colusión; y los riesgos de abuso unilateral, porque el que compra está adquiriendo mayor poder de mercado, y cuando eso sucede puede abusar desde el punto de vista de la libre competencia con su contraparte", detalla Irarrázabal.

En cuanto al riesgo de elevar la burocracia para concretar este tipo de operaciones, plantea que alargar el procedimiento de control de fusión no es saludable para el sistema: "Es un efecto colateral indeseado y hay que tratar de evitarlo. Lo que pasa es que al otro lado uno está tensionado, porque quiere tomar una decisión razonada y profunda y eso conspira contra el tiempo".

*Calendarización de estudios

Otro avance relevante en opinión de Irarrázabal es la facultad que ahora tiene la FNE para iniciar estudios sobre distintos mercados. Para eso, crearon la nueva División de Estudios, integrada por un abogado chileno que estudió en la Universidad de Oxford, un ingeniero civil doctor en Economía de la Universidad de Berkeley y una economista. Ellos ya están trabajando y la autoridad espera que luego de la cuenta pública puedan lanzar la guía definitiva de Estudios de Mercados.

"Los estudios de mercado que realizaremos serán pocos, pero buenos. Deberían ser en torno de dos estudios al año", indica el fiscal.

Aclara que no hay nada avanzando, pero precisa que hay que elegir un mercado relevante desde el punto de vista de la libre competencia, lo que determinará luego de una miniinvestigación en el área, donde ven que hay desafíos en la materia. "Esto es reciente, hay que esperar tener el órgano y luego esperar los resultados. Esta es una unidad humilde, pero la gente es muy preparada, con estudios en el extranjero. Tenemos que darles tiempo", manifiesta.

Una de las iniciativas que esperan proponer en la guía definitiva será hacer una calendarización de cada estudio con tiempos tentativos. "No tenemos ideas preconcebidas en relación a un estudio que queremos hacer. Hay que mirar todas las alternativas", enfatiza.

*Respuesta de los privados

El interlocking y las participaciones minoritarias es otro tema que aborda Irarrázabal, quien admite que "sorprende que este tema sorprenda" al mundo privado. Recuerda que en 2013 la FNE publicó un reporte en que expuso los efectos del interlocking y que incluso señalaba casos reales. "Este era un tema que ya estábamos digiriendo hace varios años, cuando vimos el fenómeno de interlocking en casos concretos", puntualiza.

También destaca que para las operaciones cruzadas existe un formulario online en el que las empresas pueden informar sobre la existencia de ese tipo de situaciones y desiste de entregar nuevos antecedentes, debido a que hay empresas que ya han estado informando de posibles conflictos y eso tiene carácter de confidencialidad, reiterando, además, que ahora es deber de los privados esforzarse en entender la norma.

"El mundo privado tiene que ir interpretando qué entiende y cómo se aplica la norma y tiene que tener prudencia, sobre todo cuando hay una prohibición de por medio (interlocking), y en cuanto a las operaciones cruzadas el costo es avisar a la FNE", dice.

Si bien admite que es algo nuevo, dado que la norma de interlocking empezó a fin de febrero pasado y que podrían surgir indagaciones, esas demandarán tiempo. "Las investigaciones que hacemos toman cerca de un año y medio", sentencia.