Está cansado. Fogwill se ahoga a ratos, pero entre carcajadas sigue despotricando: contra los reyes de España, contra los autores latinoamericanos, contra el frío de la noche uruguaya. Es inicio de agosto de 2010 y el escritor argentino es uno de los invitados estelares del Festival Eñe América, que se realiza en Montevideo.

Entre aplausos, llega al Centro Cultural de España, vestido con gorro de lana, barba y una delgadez de enfermo. Es su despedida. Días después, el 21 de agosto de 2010, a los 70 años, un enfisema pulmonar se lleva al autor de Muchacha punk. Comienza entonces la leyenda.

"Tranquilamente podría haber vivido dos o tres años más de no haber ido a Uruguay", dice el escritor argentino Elvio Gandolfo en el libro Fogwill, una memoria coral, retrato biográfico a cargo del periodista Patricio Zunini que acaba de salir en Buenos Aires (ver recuadro).

Tras su partida, Fogwill ha seguido dando qué hablar. En 2011, cuando se cumplió un año de su muerte, la noticia llegó a través de su hija cineasta, Vera: la aparición de tres libros inéditos del escritor. El año pasado se publicó el primero, una especie de diario llamado La gran ventana de los sueños, y ahora, Nuestro modo de vida. Ambos títulos son editados por el sello Alfaguara. Mientras otra novela, La introducción, saldría en 2015.

"Produje Nuestro modo de vida intentando plagiar La luz argentina, bella novela del narrador argentino César Aira", dice Fogwill en una nota al inicio de la novela protagonizada por Fernando y Rita. Una pareja de adultos burgueses, que gasta sus días entre la vida familiar y la vida social. Una sátira del consumismo en Argentina. El egoísmo de un matrimonio que divide sus horas entre viajes lujosos, platos gourmet y la pobreza humana.

Otras cosas

Nuestro modo de vida está fechada en 1981. "Para mí es un libro más actual que cuando fue escrito. Es la novela que más me gusta. Habla de un modo de vida que hoy es bastante típico, pero que en aquel entonces no existía", dice Vera, quien recibió el único manuscrito disponible del libro de parte de Mariana Domic Radtschenko, amiga chilena de Fogwill.

Ambos se conocieron en 1981, en Buenos Aires, en la empresa de marketing Facta, de propiedad del escritor. Eran los años en que Fogwill era un respetado publicista, manejaba un auto de lujo y era dueño de un yate.

El le entregó la novela a Mariana Domic para que la leyera. Luego ella partió a Brasil, regresó a Chile y tras la muerte del narrador se la envió a Vera.

Fogwill viajaba habitualmente a Santiago por negocios y a visitar a los amigos. En 2008, Mariana Domic y Fogwill se volvieron a ver. "Le recordé la novela que tenía en mi poder, pero me dijo que estaba en otras cosas", cuenta Mariana. Ese mismo año, Fogwill publicó su última novela: Un guión para Artkino.

Al año siguiente, en 2009, aparecieron sus Cuentos completos, por Alfaguara. En la prensa hispanoamericana sobraron los elogios. La leyenda comenzaba a rodar. Fogwill no era Borges, pero se convertía en un referente con su literatura torrencial, polémica y a veces delirante.

Recordando a Fogwill: un libro coral

"Era como un sabio de gabinete enciclopédico echado a andar por las calles", dice el escritor argentino Sergio Chejfec, en Fogwill, una memoria coral, volumen a cargo del periodista Patricio Zunini recién publicado por el sello Mansalva. El libro es un retrato biográfico que se conforma de una serie de testimonios de escritores, editores, amigos y familiares del autor de Los pichiciegos. Ahí está Fogwill, el joven millonario gastando dinero en cocaína gracias al éxito de su empresa de marketing. El promotor de las obras de Osvaldo Lamborghini, Néstor Perlongher y Mario Levrero. En Fogwill, una memoria coral hablan César Aira, Alberto Laiseca, Fabián Casas, Arturo Carrera, Alan Pauls, Marcelo Cohen, entre una veintena de personas.