Un estudio realizado por la Escuela de Salud Pública de la Universidad Católica reveló que los recursos entregados por el Fondo Nacional de Salud (Fonasa) a los hospitales públicos para entregar prestaciones, no alcanzan a cubrir los gastos, sino que llegan a sólo un 56% del total que estos requieren.

Camilo Cid, investigador encargado del informe -solicitado por Fonasa y publicado este año-, señaló que se analizó el funcionamiento de 16 centros de salud, tomando como referencia 120 prestaciones de uso común, como  días cama, exámenes, procedimientos, cirugías, consultas médicas, entre otros. La investigación mostró que existen amplias brechas entre lo que los prestadores reciben para funcionar y lo que efectivamente gastan.

El estudio establece que los montos entregados cubren en promedio un 56,3% del total de recursos que los centros de salud invierten en sus operaciones. Por ejemplo, uno de los prestadores que posee una menor cobertura de sus gastos es el Hospital del Salvador. Ese establecimiento destina $ 38 mil millones por año en la entrega de prestaciones, mientras que su facturación -monto que le otorga Fonasa por este concepto- llega a $ 17 mil millones. Es decir, el arancel que recibe por atender a los pacientes es menor del requerido por el servicio, de hecho sólo alcanza al 47%.

Otro prestador que tiene una de las menores coberturas es el Hospital Lautaro Navarro de Punta Arenas, con el 45% del total invertido.

En el estudio se muestra que esta "subvaloración" de los aranceles se da en ítems como un día cama UCI, que pese a  tener un costo promedio para los hospitales de $ 328.786, Fonasa paga $ 126 mil por ese concepto.

¿Qué hacen los recintos si reciben menos recursos que los que utilizan? Solicitan remesas al Ministerio de Salud. Sin embargo, el hospital genera una deuda con diversos organismos, por compra de fármacos o exámenes, por ejemplo, pues los fondos no les alcanzan.

Esta subvaloración de las prestaciones es aludida  como una de las causales de la deuda que afecta a los hospitales y que en abril pasado llegó a $ 115 mil millones a nivel nacional.

Cid dice que el informe concluye que "si los aranceles no están actualizados, no sirven de la manera que deberían. La idea es que los hospitales tengan actualizadas sus prestaciones mediante estudios de valorización de lo que realmente cuestan".

Visiones

La ministra de Salud, Helia Molina, afirma que la mayoría de las prestaciones de salud en la red pública están "devaluadas, subvaloradas, y es un tema que tenemos que a bordar. Por este problema es que uno toma decisiones que parecen fuera de lógica, como crear un fondo de medicamentos para enfermedades crónicas".

Por su parte, Rodrigo Castro, investigador de la U. del Desarrollo, agrega que debe mejorar la gestión de los establecimientos. "Muchas veces se conocen los costos de operación, pero no se incorporan finalmente a los cálculos", dice.

Castro añade que en algunos recintos simplemente "el presupuesto se acaba en agosto y se piden suplementos. Es la dinámica habitual cuando se financian estos recintos con presupuestos históricos". Agrega que es relevante que en los establecimientos se incorpore en forma paulatina "una paquetización de los problemas de salud", es decir, que se les pague un precio conocido por resolver una enfermedad.

Guido Girardi, miembro de la comisión de Salud de la Cámara Alta, dice que se deben calcular de manera eficiente los recursos. "Los costos de atención están totalmente subvalorados y lo único que hace es convertir en un castigo para un hospital desarrollar acciones médicas y va contra los pacientes", dice.