Tiene apenas 2,02 kilómetros cuadrados de superficie, un tercio de la comuna de San Ramón, la más chica de Chile. Pese a esto, el Principado de Mónaco alberga varios certámenes deportivos de excelencia, como el Masters 1000 de tenis, el rally de Montecarlo, las Supercopas europeas de fútbol entre 1998 y 2012 y el Gran Premio de Fórmula Uno, la prueba más emblemática del "Circo".
Creado en 1929 e incluido en el calendario de la F1 en 1950, e ininterrumpidamente desde 1955, el circuito callejero de Mónaco obliga a los pilotos a apelar al talento en un trazado peligroso, complejo y que deja poco espacio para adelantamientos.
La parada de Montecarlo es una fecha altamente esperada para los pilotos y también para el pequeño estado europeo, que basa su economía en el turismo. Por eso, no molesta que la organización se demore seis semanas en armar el circuito entre sus calles y tres semanas en desarmar. Total, las imágenes de los monoplazas tomando la curva de Loews, al lado del Grand Hotel, inmortaliza una carrera llena de glamour y peligro.
Esos ingredientes se sumaron a una prueba que nació para tener algo propio en el Principado. Como no querían aceptar internacionalmente al Automóvil Club de Mónaco por no tener una carrera nacional, el francés Antony Noghes, ideó un evento por Montecarlo. El rally de esa ciudad, creado en 1919 por él mismo, era considerado europeo.
Noghes, ayudado por el piloto Louis Chiron, hizo el primer diseño de la carrera, con menos curvas y algo más recto que el actual. En la primera carrera hecha en 1929, el británico William Grover recibió la primera bandera a cuadros y en 1950, el argentino Juan Manuel Fangio ganó la primera carrera como parte de la F1.
Pero tal como Montecarlo tiene su cuota de glamour, paseando entre el casino, los hoteles de lujo y el club de yates, también posee riesgo. De hecho, cuatro pilotos han muerto en carrera, dos de ellos en la F1: Dennis Taylor en 1962 y Lorenzo Bandini en 1967. Algunos hasta se han caído al agua, como le pasó a Alberto Ascari en 1955. Es que hay un largo trecho de curvas y rectas cortas que bordean el Mediterráneo.
Incluso, el mar ha tenido protagonismo. En 1950, una ola inundó la pista y permitió que Fangio ganara la prueba con una vuelta de ventaja.
La naturaleza del trazado, angosto, de rectas cortas y curvas pronunciadas, junto a una pista algo traicionera obligan al piloto a estar atento siempre y no relajarse, como le pasó a Sir Jack Brabham en 1970, que iba líder y en el último giro chocó, siendo sobrepasado por el austríaco Jochen Rindt.
Rindt se sumó así a una larga lista de ilustres que tiene Mónaco en su palmarés. Ganar ahí es la consagración para varios. Ahí, Ayrton Senna venció cinco veces seguidas y es el máximo vencedor con seis triunfos. Y hay otros que sólo triunfaron ahí, como Olivier Panis, que en 1996 obtuvo la única victoria de su carrera. De hecho, es el que más abajo partió en la grilla: largó 14º de 22.
El defensor del triunfo este año es Nico Rosberg, quien además parte de hoy de la pole (ver recuadro). Criado ahí, será para el alemán como correr en el patio de su casa. Tal como una vez dijo el brasileño Nelson Piquet sobre Mónaco: "Es como andar en bicicleta por tu living". Sólo los talentosos pueden.