El campeón en otro lugar
Sebastian Vettel ganó de forma consecutiva los títulos entre 2010 y 2013, y ubicó como a Red Bull como un referente en el Circo. Sólo Fangio y Schumi habían logrado algo así. No se puede ser campeón todos los años, pero lo del alemán bien puede considerarse un fiasco para el estatus alcanzado.
En esta campaña no ganó ninguna carrera, lo mejor fue un segundo lugar en Singapur y otros tres podios. En definitiva, para alguien de su altura, nada. Porque no es que el RB10 fuera una basura, pues su compañero Daniel Ricciardo fue el único capaz de hacerle frente a los Mercedes y alzarse con tres victorias.
No. Vettel andaba con la cabeza en otro lado. En Ferrari, mejor dicho, el sueño de niño que se le confirmó en las últimas semanas, donde será el encargado de levantar un proyecto que suponga una notoria mejora del realizado hasta aquí por Fernando Alonso.
Con las manos vacías
Alonso finalizó en Abu Dhabi una relación de cinco años con la Scuderia que no rindió frutos. El español no fue capaz de llevar adelante un auto ganador. En 2010 y 2012 fue lo más cerca que estuvo de contar con un vehículo capaz de acompañar a su talento. En ambas sucumbió ante Vettel. Los últimos dos campeonatos, además, fueron un parto, con apenas dos victorias en total, las dos en 2013. Este año, apenas se subió al podio en dos ocasiones.
Ahora se va a McLaren, contrato aún no confirmado, pero hasta el Rey Juan Carlos lo anda ventilando. Un retorno al equipo donde fue armó un escándalo en 2007 producto de su mala relación con Lewis Hamilton y que le hizo no dudar en prestar ayuda en la investigación por la acusación de espionaje contra el equipo de Woking que manchó esa temporada. Con 33 años, el español tiene por delante quizás la última oportunidad de ampliar su palmarés, inmóvil desde 2006.
Ricciardo, el mejor del resto
Daniel Ricciardo terminó tercero este año y fue, por sobre campeones mundiales como Vettel, Alonso, Jenson Button y Kimi Raikkonen, el único piloto sin un Mercedes en sus manos que logró victorias. En total, fueron tres: Canadá, Hungría y Bélgica. Pero lo más relevante fue que superó a su compañero en Red Bull, el tetracampeón. Y en una competencias de autos, con todas las diferencias que puede existir entre cada bólido, superar al coequipo es el principal punto de comparación. Y el australiano cumplió con creces ante el rival más linajudo que había.
El accidente de Bianchi
Recién la semana pasada, después de casi dos meses en coma inducido, Jules Bianchi volvió a respirar por su cuenta, aunque permanece inconsciente tras su accidente en el GP de Japón. El francés fue trasladado desde suelo nipón a su país, para continuar con el tratamiento. Aún no existe certeza sobre su salud, luego de que chocara con la grúa que sacaba el auto de Adrian Sutil de la pista. El galo sufrió un daño axonal difuso, considerado uno de los traumatismos más graves que puede afectar al cerebro y que en un 90 por ciento de los casos nunca presenta mejorías.
El incidente generó debate, además de algunas modificaciones, sobre las medidas de seguridad del Circo, justo en la temporada en que se cumplía 20 años de la muerte de Ayrton Senna, la última que hubo en la competencia.
Crisis de Marussia y Caterham
En la previa del GP de Estados Unidos, Marussia (el equipo de Bianchi) y Caterham anunciaban que no competirían en esa carrera y tampoco la siguiente, en Brasil. La razón era sencilla: estaban en quiebra y no tenían recursos para asumir los gastos.
Las causas que llevaron a esa determinación, en cambio, son más profundan y apuntan a la repartición de los dineros en la Fórmula Uno, en la que los equipo más pequeños, con presupuestos menores a 100 millones de dólares (bajos, según los cánones de la disciplina) no logran recuperar la inversión con los montos que entrega la organización a final de temporada, según cálculos que involucran las posiciones finales de las últimas dos campañas.
Caterham volvió para el cierre en Abu Dhabi, gracias a un crowdfunding por internet, en el que recaudó 3,6 millones de dólares de parte de los fanáticos. El modelo puede servir para instancias particulares como esta, pero difícilmente permita asegurar una temporada completa.