La Fórmula Uno recién cerró este domingo su temporada 2013, pero todos los equipos trabajan con miras al próximo año. Pero la tarea no es fácil. El nuevo año traerá varios cambios reglamentarios, que obligarán prácticamente a partir la construcción de los bólidos desde cero.
Tal vez la principal novedad será el motor. Los V8 quedan atrás para dar paso a motores de sólo seis cilindros, pero con turbo, un sistema que había sido dejado de lado en 1989. La cilindrada máxima será de 1.600 cc.
Los impulsores deberán ser altamente fiables, pues la norma permitirá sólo cinco por temporada.
Además, cambian los alerones, que ya no podrán estar perforados, así como la caja, que podrá tener hasta ocho cambios y que deben durar, al menos, cuatro carreras.
Debido a nuevas medidas de seguridad, las que deberán ser adoptadas por todos los equipos, los autos pesarán más. Ahora el peso mínimo con estanque vacío es de 660 kilos, 20 más que este año, lo que implicará que los sistemas recuperadores de energía (ver infografía) tendrán mayor protagonismo. De hecho, los pilotos deberán utilizar el sistema híbrido en un 30 por ciento de cada vuelta.
Los autos, ahora más económicos, pero también más lentos y pesados, podrían causar problemas a los pilotos de andar más "liviano". Y como si los deportistas tuvieran ya poco de qué preocuparse, el nuevo sistema de castigos, que puede dejar a pilotos suspendidos para próximas carreras, también debutará en 2014.
Se prohíben, de paso, los tubos de escape sopladores, que ayudaban a mantener el vehículo pegado al piso.
Se espera que los cambios se hagan evidentes ya en las primeras carreras, aunque ninguno más que el novedoso paso silencioso por los pits, que se producirá porque en esa zona se deben apagar los motores y se deberá avanzar sólo con los sistemas eléctricos.