Capturar ese instante que transforma un hecho ordinario en algo inolvidable es el objetivo de todo fotógrafo. No es fácil, y quienes lo consiguen suelen también convertirse en protagonistas de la historia. Es el caso de la estadounidense Annie Leibovitz, quien ha hecho de "estar en el lugar y el momento correcto" el sello de su obra fotográfica. Estuvo ahí cuando The Rolling Stones selló su fama con su gira en 1971; estuvo ahí cuando Richard Nixon abandonó la Casa Blanca en 1974, y estuvo también cuando John Lennon fue asesinado, de cinco tiros, afuera del departamento donde vivía con la artista japonesa Yoko Ono, en Nueva York.

Era 1980 y la pareja se citó con Leibovitz para una sesión de fotos para la revista Rolling Stone. La fotógrafa inmortalizó al líder de los Beatles desnudo, abrazando a Ono, en posición fetal. Fue la última foto del autor de Imagine. Horas después moría a manos de un fanático desquiciado, Mark D. Chapman.

La imagen se convirtió en uno de los iconos de la obra de Leibovitz, quien ayer ganó el premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades, por ser "una de las dinamizadoras del fotoperiodismo mundial y plasmar una época de la política, la literatura, el cine, la música y el deporte a través de sus protagonistas", según afirmó el jurado al anunciar el galardón, que antes ha recaído en figuras tan disímiles como el filósofo George Steiner o instituciones como Google.

Este año Leibovitz se impuso a la periodista británica Christiane Amanpour, presentadora y reportera de los canales CNN y ABC, y la agencia de fotografía Magnum, fundada en los años 1940 por Robert Capa.

De origen judío, Leibovitz nació en Connecticut en 1949. Inició su carrera en 1970 en la revista Rolling Stone, donde con sus emblemáticas portadas se impuso como fotógrafa de las estrellas. Durante los años 90 también registró acontecimientos políticos como la Guerra del Líbano; sin embargo, su fuerte siempre fue el retrato del poder y el glamour. Solicitada por publicaciones como Vanity Fair y Vogue, se convertiría en una de las fotógrafas estadounidenses más famosas.

Artistas como Patti Smith, Al Pacino, Meryl Streep, Nicole Kidman y Leonardo Di Caprio han posado para ella. Más allá de estar en el lugar indicado, Leibovitz se distingue por lograr escenas teatrales que registra con su lente. En la cumbre de su fama, la actriz Demi Moore posó desnuda y embarazada, en 1991, para una portada de Vanity Fair, que se conviritó en un icono de la década. Lo mismo que el actor Johnny Depp, quien posó en 1994 con su pareja de entonces, la modelo Kate Moss, en un cuarto de hotel, emulando la foto de Lennon y Ono; o la sesión con la reina Isabel II de Inglaterra, en 2007, la única que la monarca ha concedido a un fotógrafo de EE.UU.

Leibovitz mantuvo una relación de más de una década con la ensayista Susan Sontag, a quien también fotografió innumerables veces. Tras su muerte por cáncer en 2004, Leibovitz publicó A photographer's life, un libro donde mezcló su obra, su vida con Sontag y retratos personales de sus padres. El libro derivó luego en una gran muestra en la National Portrait Gallery de Londres en 2008.