Este lunes debía zarpar del puerto de Buenos Aires el primer crucero del mercado latinoamericano apuntando específicamente al público gay. Pero la empresa que organizaba el evento debió cancelarlo, porque no pudo vender suficientes pasajes.
José María Jaroslavsky, director de Thesys, el operador de viajes que planeó la propuesta, dijo a BBC Mundo que apenas lograron vender 100 de las 2.000 plazas que tenía el barco.
La empresa de origen argentino había lanzado la iniciativa en febrero, siete meses después de que Argentina se convirtiera en el primer país de América Latina en aprobar por ley el matrimonio entre personas del mismo sexo.
Ya antes de ese hito, Buenos Aires se había convertido en uno de los destinos favoritos del turismo gay.
De hecho, varios cruceros internacionales que llevaban exclusivamente a pasajeros homosexuales anclaron en los últimos años en el puerto de la capital argentina.
Pero el viaje del MSC Opera hubiera sido el primero para gays y lesbianas organizado desde el país sudamericano.
La empresa Thesys dijo a este medio que el crucero zarpó este lunes, como estaba planeado, pero dejó de ser exclusivo para el público gay por "falta de cupo".
BOOM TURISTICO
El fracaso del proyecto para organizar el primer crucero gay de América Latina resultó sorprendente, ya que el contexto parecía favorable.
No sólo porque Argentina se ha convertido en un precursor en materia de derechos homosexuales, sino también porque en los últimos años ha crecido exponencialmente el turismo, y en particular el llamado "gay-friendly".
La llegada masiva de extranjeros comenzó después de la caída de la economía argentina en 2001, cuando la moneda local, el peso, perdió valor contra el dólar y el país se convirtió repentinamente en un imán del turismo internacional.
El auge fue en aumento: en 2011 Argentina pasó a ser el destino más popular de Sudamérica, con 5,3 millones de visitantes extranjeros.
En ese tiempo floreció la oferta para el público gay, con la proliferación de bares, discotecas, agencias de viaje, inmobiliarias y hasta una "milonga" dedicada exclusivamente a parejas del mismo sexo.
También en esos años creció el mercado de los cruceros, aunque hasta ahora ninguna empresa local había organizado un viaje en barco exclusivamente para ese segmento.
¿QUE PASO?
Jaroslavsky reconoció que el fracaso de su proyecto pudo haberse debido en parte a fallas en la promoción o el mercadeo del evento.
No obstante, el directivo consideró que otra explicación para lo que ocurrió es que en Argentina aún persisten prejuicios respecto a la identidad sexual.
"Muchos argentinos no se animan a embarcar en un crucero gay en el puerto de Buenos Aires pero sí lo harían en un puerto extranjero", dijo a BBC Mundo.
La mayoría de los 100 pasajeros que se habían anotado para el crucero gay eran de Brasil, Chile y Colombia y sólo unos pocos eran argentinos, remarcó el empresario.
Pero Leonardo Freidemberg, que coordina asuntos de turismo dentro de la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans (Falgbt), estuvo en desacuerdo con esta postura.
"No es un problema cultural, seguramente el fracaso de ese proyecto tuvo que ver con cuestiones económicas", opinó a BBC Mundo.
Thesys asegura haber perdido US$1,2 millones en el proyecto truncado. Sin embargo, Jaroslavsky afirmó que la empresa seguirá apostando al "mercado gay".
"Creo que a lo mejor nos adelantamos en los tiempos. Pero aprendimos mucho de esta experiencia y a partir de ahora organizaremos proyectos más pequeños y selectivos, como vuelos exclusivos a Brasil", adelantó.