Nicolas Sarkozy y Carla Bruni cumplen mañana dos años de matrimonio, en los que la pareja ha dado continuas muestras de cariño. Sin embargo, según una encuesta publicada hoy, la mayoría de los franceses opina que al presidente le gusta más el poder que el amor de su esposa.

Un 69 por ciento de los ciudadanos galos está convencido de que, aunque Carla se lo pidiera, Sarkozy no abdicaría, reveló una encuesta realizada por Ipsos con motivo del segundo aniversario de la pareja.

Pese a esto, no parece que la ex modelo y cantante vaya a arriesgarse a pedirle algo así, a juzgar por sus recientes declaraciones en las que dejaba claro que "es cosa suya" decidir si se presenta o no a la reelección en 2012, aunque precisaba que, como esposa, un mandato sería suficiente.

Prudente, elegante y en un discreto segundo plano, Carla Bruni se ha ganado el respeto de todos y en este último año ha aprovechado su posición y apellido para desarrollar una nueva labor humanitaria, en calidad de embajadora del Fondo Mundial contra el Sida.

En estos dos últimos años, la primera dama, de 42 años, se ha desprendido un poco de la aureola de frivolidad que la rodeaba y ha sabido estar a la altura, aunque a veces haya tenido que renunciar a algunas cosas o no haya podido evitar "ofenderse".

Lo que ocurrió con  una de las canciones del próximo Festival de Sanremo que se refiere a ella y a su marido de forma irónica y por la que ha decidido cancelar su participación en el popular certamen.

Pero, son gajes de un oficio que, según el citado sondeo de Ipsos publicado por la revista "Point de vue", Carla Bruni lo está haciendo bien, en su justa medida.

De hecho, un 66 por ciento de los encuestados cree que no debería ser más visible como primera dama y sólo un 25 por ciento opina que ejerce influencia en las decisiones políticas de su marido, frente a un 30 por ciento que considera lo contrario.

Asimismo, la mayoría aprueba su independencia y su libertad a la hora de elegir su trabajo fuera del Elíseo, cumpliendo al mismo tiempo con sus obligaciones de representación en el exterior.

Este año es muy posible que a su faceta musical y humanitaria, añada la cinematográfica y se ponga a las órdenes del director estadounidense Woody Allen, en un papel que todavía no se ha concretado, pero al que ya ha dado el sí.