La Agencia de Seguridad Nuclear francesa confirmó finalmente la total ausencia de fuga radiactiva del complejo nuclear de Marcoule, ubicado al sur del país, tras la explosión que afectó a uno de sus hornos de tratamiento de residuos y que dejó al menos un operario muerto y cuatro personas heridas.
De esta forma las autoridades alejaron el peligro de una eventual exposición para las poblaciones aledañas a la instalación, que se ubica cerca de Niza y a pocos kilómetros de la frontera con España.
"El plan de emergencia interna está en marcha. Todo está bajo control", aseguró un vocero del organismo. Sin embargo, se indagan las circunstancias de lo ocurrido. El Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) fue también informado del accidente y ya tomó cartas en el asunto.
El horno que explotó quemaba basura atómica de baja radiación, como ropa de los trabajadores, metal y cemento. De hecho un vocero de la empresa de energía EDF, de la que depende el complejo, calificó lo ocurrido hoy como "un accidente industrial" y no nuclear.
"En este tipo de horno, hay dos tipos de desechos: metálicos y combustibles. "Y el incendio que se produjo ya está controlado", agregó la firma.
Marcoule no cuenta con reactores de grandes dimensiones como Fukushima. Sólo posee varios reactores pequeños que actualmente no están en funcionamiento. El último de ellos cesó su actividad en 2010.
Por otro lado, la ministra de Ecología, Nathalie Kosciusko-Morizet, se desplazó hasta Marcoule para hacer "una evaluación precisa de los eventuales impactos radiológicos de este accidente", según los términos utilizados por su departamento.