El general Philippe Rondot, el espía al que se ordenó investigar los falsos listines de presuntos beneficiarios de cobros ilegales a través de la sociedad luxemburguesa Clearstream, acusó hoy al ex primer ministro Dominique de Villepin de haber tratado de implicar al actual presidente, Nicolas Sarkozy.
En su comparecencia ante el tribunal que juzga el caso en calidad de testigo, Rondot contradijo a Villepin en varios puntos, entre ellos, cuando dijo que el nombre de Sarkozy no salió en las reuniones que mantuvieron sobre este caso.
Según el general, que investigó el caso en 2003 y 2004, el ex primer ministro supo desde enero de 2004 que el nombre de Sarkozy estaba en los listados de beneficiarios del cobro de comisiones ilegales, que posteriormente se demostró que eran falsos.
Villepin había negado ante el tribunal que el nombre de Sarkozy, entonces ministro del Interior, saliera en aquellas reuniones, en las que reconoció que pidió a Rondot investigar los listines.
El espía también desmintió a Villepin cuando dijo que el entonces presidente, Jacques Chirac, no estaba al corriente del asunto.
Rondot señaló que Villepin, que era ministro de Exteriores en el momento, aseguró que el presidente había ordenado investigar este asunto.
El espía señaló que Villepin le pidió que no alertara del asunto a su superior, la entonces ministra de Defensa, Michèle AlliotMarie.
El testimonio de Rondot contradice al de Villepin, quien aseguró que no implicó a Sarkozy en el caso.
El ex primer ministro comparece acusado de "complicidad en denuncia calumniosa", al haber, presuntamente, maniobrado para que el nombre de Sarkozy fuera incluido en la lista de beneficiados del cobro de comisiones ilegales por la venta de unas fragatas a Taiwán.
En aquellos años, Villepin y Sarkozy mantenían un mal disimulado pulso por hacerse con el liderazgo de la derecha francesa y postular al puesto de presidente de la República en las elecciones de 2007.
Villepin clama su inocencia y afirma ser víctima de una "maquinación" orquestada por Sarkozy.
Al tiempo, el ex primer ministro asegura que el juicio no es equitativo, puesto que el presidente es parte civil.