Francia se lanza contra Amazon y protege industria cultural

Francia, con la industria cinematográfica más poderosa del mundo tras Estados Unidos y su habitual proteccionismo cultural, sorprende de vez en cuando con una nueva política en favor de su producción artística. Este lunes fue la propia ministra de Cultura gala, Aurélie Filippetti, quien  criticó  a Amazon, el gigante estadounidense de las ventas online  y el mayor vendedor de libros del mundo.

En una intervención durante el Segundo Encuentro Nacional de Libreros celebrado en la ciudad de Burdeos, la titular de la cartera cultural  reprochó las directrices   comerciales de Amazon, enfatizando que desestabiliza la sana competencia. "Hoy, todo el mundo está harto de Amazon, una compañía que, por su práctica de dumping, tira abajo los precios con el fin de penetrar en los mercados para después, una vez en una posición de cuasi monopolio, hacer que los precios vuelvan a subir", sostuvo  Aurélie Filippetti. Y agregó: "El sector del libro y de la lectura debe competir con determinados operadores que emplean todos los medios para introducirse en el mercado del libro francés y europeo, lo que resulta destructivo para las librerías".

Las palabras de Filippetti llegan a cuatro meses que el gobierno galo lograra que Google pague 60 millones de euros a la prensa francesa por concepto de uso de sus contenidos y cuando la SACEM (suerte de Sociedad del Derecho de Autor de ese país) busca otra compensación económica de parte de Apple por sus ventas. El lunes, la ministra también anunció que su gobierno implementará un plan de  ayudas de nueve millones de euros a los libreros independientes. El objetivo es modernizar las librerías y la venta online de los editores independientes en Francia.

A diferencia de Gran Bretaña y EE.UU., las librerías aún gozan de buena salud en Francia. Según The New York Times, entre el 2003 y el 2011 las ventas de libros en ese país aumentaron en un 6,5 por ciento. Por otro lado, los E-books sólo representan el 1,8 por ciento de las ventas en Francia, contra el 6,4 de Estados Unidos.