Francia se opuso este sábado a la  instauración de "cuotas" para repartir a los inmigrantes y refugiados entre los países de la UE, propuesto esta semana por la Comisión Europea, y que ha  despertado el rechazo de muchos estados comunitarios.

"Deseamos ser particularmente claros sobre este punto: estoy en contra de  la instauración de cuotas de inmigrantes. Esto jamás se ha correspondido con  las propuestas francesas", declaró el primer ministro francés, Manuel Valls.

El jefe de gobierno socialista se encontraba visitando la frontera  franco-italiana, donde más de un millar de emigrantes han sido arrestados los  últimos días.

El plan de acción para la inmigración y el asilo presentado el miércoles  por Bruselas prevé el establecimiento de cuotas obligatorias para un reparto  equitativo de los refugiados y, en caso de crisis, una transferencia de los  demandantes de asilo entre los estados de la Unión Europea.

"El asilo es un derecho, atribuido según criterios internacionales  aplicados por todos los países de la UE. Por eso el número de beneficiarios no  puede ir en función de cuotas: se es demandante de asilo o no se es", aseveró  Valls.

"Hoy en día, Francia, Italia, Alemania, Reino Unido y Suecia acogen al 75%  de los refugiados y demandantes de asilo de Europa", recordó el primer ministro  francés, abogando por un reparto más "equitativo".

La inmigración es un asunto sensible en Francia. La extrema derecha  multiplica desde hace un año los éxitos electorales con un virulento discurso  eurófobo y antiinmigrantes, y la oposición de derecha, dirigida por el  expresidente Nicolas Sarkozy, exige con frecuencia que se revisen los acuerdos  Schengen sobre la libre circulación en la UE.