Francia comenzó este miércoles a trasladar alrededor de 1.500 menores inmigrantes que no están acompañados desde el campamento conocido como la "Jungla" de Calais hacia centros de acogidas disponibles en todo el país.

Este lugar que se trasformó en el símbolo de la inmigración en Europa, acogió a más de 6.000 personas que ya han sido reubicadas. Pero los ojos están puestos sobre estos menores que se estima que tienen entre 13 y 17 años.

Esta situación ha desatado una pugna diplomática entre Reino Unido y Francia. El presidente galo, François Hollande, presionó al país británico para que reconociera parte de esta responsabilidad, ya que según la normativa de la Unión Europea (UE), debe aceptar a los menores no acompañados que tienen vínculos familiares allí.

"Estamos absolutamente comprometidos con salvaguardar y proteger a los niños en Calais, y hemos trabajado muy de cerca con los franceses para asegurar que el campo se desaloja de la forma más segura posible", dijo el miércoles en un comunicado el ministro de Inmigración, Robert Goodwill.

Tras el desmantelamiento de la "Jungla", el gobierno británico afirmó haber aceptado a más de 300 menores no acompañados. La secretaria del Interior, Amber Rud, dijo la semana pasada al Parlamento que pronto llegarían cientos más, pero sin aclarar en qué plazo.

Pero también Hollande señaló que asume las responsabilidad por la inmensa mayoría de migrantes en Calais, pero aseguró en una entrevista publicada el martes en el periódico La Voix du Nord, que "en los próximos días ya no debería haber más menores extranjeros en Calais".