Francisco de la Maza (UDI), alcalde de Las Condes, tiene una mirada crítica respecto a cómo el gobierno de Michelle Bachelet está llevando a cabo las reformas, especialmente a las referidas a educación. Asegura que la prioridad debe ser el proyecto de Nueva Educación Pública y no la gratuidad, al mismo tiempo señala que el estado de la enseñanza municipal es responsabilidad de los gobiernos de los últimos 25 años y no de los alcaldes. "La gente se está yendo de los colegios municipales porque hay opciones mejores", dice.
¿Le parece adecuada la fórmula de los servicios locales propuesta?
No, en absoluto. Los servicios locales tienden a ser aparatos centralizados, donde la cabeza va a ser un funcionario nominado, por la razón que sea, pero cuya responsabilidad es cercana a cero. Hay ejemplos en el país, como el caso nuestro, donde efectivamente se puede entregar educación de calidad, en forma descentralizada, sin tantos cambios legales.
¿Es clave que el sistema de financiamiento no sea por asistencia?
Tiene que existir una estabilidad en el proceso de financiamiento para una educación de calidad, lo que no significa que no haya que dejar margen para mantener el incentivo a que ojalá los niños no fallen nunca. Lo ideal es una subvención compartida con una parte basal y la otra de acuerdo a la asistencia.
¿Qué le parece que se empiece con cuatro servicios locales?
Me parece bien, pero creo que debiera ser cuatro o tres experimentaciones diferentes para ver en definitiva cuáles son más exitosas, que no tengan el mismo proceso y administración. Amarrarse a uno sólo puede terminar frustrando al país.
¿Qué cosas se pueden hacer ahora para evitar la fuga de los alumnos del sistema municipal?
Nosotros teníamos un 40% de vacancia en la matrícula y empezamos a hacer cambios en forma gradual. Hoy tenemos los colegios llenos y con buenos resultados. Es obvio que los procesos son graduales. Este problema de que la gente se vaya, bueno se está yendo de los colegios municipales porque hay opciones mejores. El día en que se empiece a construir una educación pública de calidad, que sea elegible la gente va a volver, porque es obvio que si estás pagando por algo es porque que quieres ese algo, pero si te dan a un costo más bajo lo mismo vas a dejar de pagar. El tema tiene que ver con cómo el Estado define el proceso de reforma a través de gestiones que logren motivar a las familias para que vuelvan a los colegios públicos, pero en esto hay dos aspectos básicos al menos: proyecto educativo claro y proceso educativo completo, o sea, hasta cuarto medio.
¿Cree que la reforma le asigna los recursos suficientes a la educación?
Yo fui partidario de la reforma tributaria, no de la actual, porque es un desastre. Fui partidario de una reforma donde el Estado tuviera más recursos para inyectarle a la educación pública. Obviamente cuando haces una reforma para recaudar más recursos tiene que tener la precaución de que esa reforma no paralice el país, no detenga la inversión, la confianza ni el empleo, porque es el motor de donde salen los recursos. Tanto es que a poco andar el actual ministro de Hacienda tiene que mandar un proyecto de ley para arreglarla. Ha habido muchos autogoles ideológicos en educación tratando de implementar y forzar recetas de los '60, fórmulas fracasadas. Con eso, este gobierno se ha transformado en un gobierno de mayoría a clara minoría. Ha perdido respaldo y credibilidad.
¿Cuál debe ser la prioridad en ese escenario?
Educación pública, porque estamos hablando de que para poder llegar a la educación superior necesitas la base. En prebásica, básica y media está la base de la desigualdad. No me gusta la gratuidad y creo que a los chilenos tampoco. La verdad es que es un error. Creo que la contribución de los chilenos en algún servicio, en relación a su ingreso per cápita es algo que es muy solidario y justo. Tampoco esos cortes de gratuidad del 50% para allá y del 50% para acá no.
¿Cree que se ha estigmatizado que los recursos han sido mal implementados en el sector municipal?
Los recursos son una necesidad para el punto desde donde partir. La utilización de esos recursos es un área distinta y ahí es donde el Mineduc tiene que diseñar y controlar dónde se usan y cómo se usan. Nosotros invertimos el 70% de los recursos en profesores y asistentes de la educación. Sabemos que un 5% tiene que ir a herramientas de inclusión, porque efectivamente con ese valor se puede conformar un grupo de profesionales que puede lograr la nivelación de los niños.
¿Cree que el Gobierno va en la dirección correcta?
Tengo la impresión de que el Gobierno actual escuchó el reclamo legítimo de la ciudadanía, de las familias, de los alumnos, por la mala priorización que se le daba a la educación en general. Fue un error nuestro, de la derecha, no haber anticipado eso, lo que permitió que el comunismo condujera este reclamo de la ciudadanía en un camino equivocado, esbozando una solución populista. No es posible en educación superior, que es la herramienta más importante para salir del subdesarrollo, que no haya habido una gradualidad en el pago de acuerdo al ingreso per cápita de las familias. Los sostenedores y la educación pública han estado en el abandono por una cosa ideológica, porque a la izquierda no le gusta la descentralización, sino la centralización, el control total, y los municipios no han tenido la capacidad y tampoco tienen la obligación si son administradores de los recursos que traspasa el gobierno central. Si el gobierno traspasa pocos recursos, ¿qué pueden hacer los municipios más que administrar pobreza? Han culpado a los municipios de algo que no es su responsabilidad, la situación de hoy de la educación pública es responsabilidad de los gobiernos democráticos de los últimos 25 años, que no ha puesto el foco ni la voluntad política en eso.