Francisco le dio una nueva dimensión al avión papal

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El Pontífice convirtió ese espacio en su escenario preferido para hablar con la prensa y hacer algunas de sus declaraciones más reveladoras. Por eso, La Tercera estará en el vuelo papal.




El primer vuelo papal despegó del aeropuerto Ciampino de Roma el 4 de enero de 1964. Era un DC8 de Alitalia con Giovanni Battista Montini, el Papa Paulo VI, a bordo. El Pontífice había asumido solo seis meses antes tras la muerte de su antecesor, Juan XXIII, en medio del Concilio Vaticano II, e impulsó una serie de transformaciones que incluyeron terminar con muchas de las tradicionales ceremonias papales. Pero una de sus mayores revoluciones no fue esa sino la de convertirse en el primer Pontífice en viajar fuera de Italia en 150 años, y el primero en la historia en hacerlo en un avión.

Desde entonces los viajes papales se han vuelto una costumbre, aunque no fue Paulo VI -en sus 15 años de pontificado realizó nueve giras fuera de Italia- sino Juan Pablo II quien consolidó esa práctica. En sus 26 años de pontificado visitó 129 países, incluido Chile en 1987.

Durante esas peregrinaciones el Papa acostumbra viajar con un equipo de cerca de 20 personas, incluido el Secretario de Estado, su médico personal, el jefe de la seguridad vaticana y el director de la oficina de prensa. Además, en el avión van alrededor de 80 periodistas, entre los que esta vez se incluye también a un enviado especial de La Tercera.

El jefe del Estado Vaticano no tiene un avión personal como otros mandatarios, sino que es la compañía Alitalia la que le facilita una aeronave para trasladarse fuera de Italia. Y no se trata de un avión especial, sino un aparato comercial habilitado para recibir al Pontífice y que algunos han denominado "Pastor Uno". Sin embargo, desde 2013, a pedido del propio Francisco, la compañía dejó de instalar una cama para el Papa, porque Bergoglio pidió hacer los menores cambios posibles en el avión. El jefe de la Iglesia Católica se instala ahora en un asiento de primera clase. Toda la primera fila de esa cabina está reservada para el Pontífice.

Además, al contrario de sus antecesores, el actual Papa convirtió el avión papal en el mejor espacio para ofrecer unas atípicas conferencias de prensa y hacer algunos de sus comentarios más reveladores. "Si una persona es gay, busca al Señor y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para juzgarla?", dijo durante su vuelo de regreso de su primer viaje a Brasil. Meses después, al volver de Israel, aseguró que "al no ser un dogma, siempre está la puerta abierta (para discutir el celibato)". Y al regresar de Filipinas, en enero de 2015, llamó la atención al asegurar que "para ser buen católico no hay que tener hijos como conejos".

Si bien Juan Pablo II fue el primero en abrir ese espacio al diálogo con los periodistas, con Bergoglio no hay preguntas seleccionadas con antelación como en el pasado. Los reporteros pueden preguntar libremente, lo que convierte el avión papal en un espacio único para un intercambio directo de la prensa con el jefe de la Iglesia Católica.

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