AD PORTAS de la realización de la Enade 2012, el mayor encuentro empresarial del año, el presidente de Icare, Francisco Silva, le toma la temperatura a la economía chilena y al momento social y político que vive el país. Este ingeniero civil de la UC y presidente del Grupo Security constata que Sebastián Piñera dejará el gobierno con la economía chilena un 25% más grande respecto a cuando asumió, aunque precisa que el país aún necesita de reformas estructurales para seguir creciendo.
"Observa el presente, mira el pasado, anticipa el futuro", es el lema que tendrá Enade este año, el que estará marcado por el debate sobre cómo canalizar los conflictos sociales por la vía institucional y temas como educación, ciudad y energía (ver recuadro).
Enade intentará rescatar la sensación ambiente que hoy rodea a la sociedad chilena...
Claro. Además, esto se contextualiza en un mundo plagado de situaciones complicadas, de incertidumbres. Estamos viviendo una crisis europea que lleva casi cuatro años y que no sabemos por dónde podría venir la mejoría. Eso hace que se proyecten sombras de duda y amenazas sobre lo que estamos haciendo. En este sentido, nosotros en Chile no nos podemos cruzar de brazos y decir 'qué bien estamos'. Hay que mirar qué cosas están fallando y qué cosas pueden venir. Pero todo este proceso tiene que estar contextualizado en un concepto de libertad, que ha sido un valor importante en la humanidad. Queremos reforzar que la libertad tiene que enmarcar todo el actuar de nuestra sociedad.
¿Cuál es su sensación respecto al comportamiento de esta sociedad?
La veo como una sociedad empoderada, tomando conciencia de ser quien es; que está clamando por más transparencia, más competencia. También la economía se mueve a través de los consumidores más exigentes, que cada día están enfrentándose al mercado.
¿Cómo está la empresa enfrentando a estos consumidores más exigentes?
La empresa está cada día más consciente sobre qué tipo de consumidores está enfrentando. Ya una respuesta fácil no es aceptada, un producto de mala calidad es rechazado. Hay una reacción saludable. Nos debemos a los consumidores y, simplemente, la empresa no funciona sin clientes.
Pero más allá de los consumidores, ¿las empresas están tomando más conciencia del entorno social en que se mueven?
Las empresas tienen que tomar nota de lo que está pasando en su país, en su ciudad, entre sus clientes...
¿Cómo toma las críticas al modelo económico de parte de algunos sectores de la sociedad?
Cuando el Banco Mundial dice que dos millones de personas han ingresado a la clase media en Chile en seis años, eso significa que el modelo está funcionando. Hay diferencias entre ricos y pobres, pero los más pobres no son como los más pobres de hace 30 o 40 años atrás. Ellos también tienen una base mínima de desarrollo y crecimiento. La educación también está cambiando; hay cada vez más transparencia, más preocupación por la calidad. El tema del financiamiento educacional también se está arreglando. Sin embargo, no hay que echarse a dormir entre los laureles. No hay que pensar que todo esto es fantástico, pero también es bueno mirar cómo están otros países y qué pasa en el mundo. Hay gente en otros países que admiran mucho cómo lo está haciendo Chile en medio de todas estas dificultades. El país está creciendo cerca del 5,5% en medio de esto y eso es notable.
En ese sentido, Chile pareciera un tanto desacoplado de la crisis externa.
Es importante decir que el foco mundial de atención y dinamismo económico se ha desplazado hacia el oriente, y Chile -que tiene una posición muy privilegiada de negocios y de comercio con este bloque- se ha beneficiado de esto.
El país ha estado creciendo en las últimas décadas pero, junto con ello, hay una demanda por un mejor reparto de esos beneficios. ¿Cuál es la forma de evitar que la conflictividad social se agudice?
La conflictividad no se genera por el hecho de crecer, sino por el hecho de que la gente ve que su esfuerzo y sacrificio no van de la mano con los beneficios que espera obtener; ahí ve una sensación de injusticia o de que no se está haciendo justicia en la repartición de los beneficios del crecimiento. ¿Cómo se resuelve eso? Velando por que las instituciones que hemos creado con mucho sacrificio se refuercen, porque cuando salimos de la institucionalidad que corresponde al modelo que estamos desarrollando es cuando nos enfrentamos a problemas, al caos.
Si no hay institucionalidad, los países nunca van a salir de la trampa del subdesarrollo.
¿Cómo se puede acompañar el superar los US$ 20 mil per cápita con solucionar los problemas en educación y salud?
Es la eterna discusión de cómo reparto la torta y cómo hago que la torta sea más grande. En el mundo ideal, lo mejor es que la torta crezca más y que haya mecanismos para que la repartición sea más pareja entre todos, y eso se logra con más educación, con mejor salud, con mejor acceso a la vivienda, de manera que todos los ciudadanos que están metidos en este círculo virtuoso puedan seguir profundizando sus logros y sus beneficios.
¿Cuál es la principal preocupación hoy de los empresarios?
En Icare no representamos al empresariado, pero puedo decir que como personas estamos preocupados por que este progreso que hemos alcanzado con tanto sacrificio, por tantas décadas, pueda mantenerse y seguir beneficiando a todas las personas. Adicionalmente, el hecho de que se hayan incorporado un millón de mujeres al trabajo en los últimos 30 años ha hecho que este país sea otro.
La economía en 2013
¿Cómo ve el escenario económico en Chile y en el mundo para 2013?
El 2013 lo veo ligeramente parecido a este año, aunque existen amenazas. Existe una incertidumbre con Estados Unidos: ellos tienen problemas con su deuda y con la parte fiscal. En Europa cuesta ver por dónde van a ir apareciendo las mejorías. Asia la veo mejor. De hecho, la misma China, que pasó por una incertidumbre, ha dado muestras de controlar sus excesos y están volviendo a un ciclo más equilibrado en su crecimiento.
¿Y para Chile?
Chile está bien blindado, con reservas, con políticas económicas sanas y correctas... Todo irá bien en la medida que no se produzca un gran desaceleramiento en Asia.
¿Cómo ve el escenario social y político en 2013, dado que vienen las elecciones presidenciales?
Creo que hay una visión más equilibrada y menos conflictiva. Hoy, dos personas que piensan políticamente distinto se sientan a conversar. Ya pasó la época en que las elecciones presidenciales eran el todo o nada. Estamos construyendo institucionalidad. Veo que se acabó esta pugna violenta de ideas de poderes. Las diferencias no son tantas, ya que al final del día todo el mundo tiene que cuadrar la caja, tiene que pagar las deudas, los gobiernos tienen que mantener los servicios básicos funcionando. Creo que tenemos buenos políticos, serios, que hacen la pega.
Entonces, ¿no tiene temores sobre la elección presidencial y sobre quién sea el nuevo presidente?
El país tiene un sistema político maduro, que nos ha dado cinco presidentes democráticos, y todo ha funcionado. No tengo temores.
¿Cuál es su evaluación de lo que ha hecho el gobierno de Piñera?
En todo gobierno hay dos pilares, el político y el económico. La historia demuestra que los gobiernos que tienen pobre desempeño en lo económico terminan muy mal políticamente. Este gobierno ha tenido un gran desempeño económico: hay poca cesantía, los salarios están subiendo. En el tema político, el gobierno igual ha logrado sacar sus leyes y reformas. Entiendo que este es el gobierno que más leyes ha aprobado. Este gobierno va a entregar una economía un 25% más grande de la que recibió, y eso es otro país.
¿Cree que podría haber realizado una reforma laboral durante su gobierno?
Creo que para seguir creciendo y desarrollándonos, debemos tener reformas más estructurales que permitan mayor competencia, mayor acceso a fuentes laborales, mayor educación. A los países que mejor les va son los países que tienen mejor educación, en que la gente tiene más libertad para trabajar desde su casa, vía teletrabajo. Se puede avanzar en eso.