Cosas que pasan en clase. François Marin, profesor de francés en un colegio del XX distrito parisino, le enseña a un set multiétnico de alumnos acerca del uso del pretérito imperfecto del subjuntivo, dando lugar a bromas y desacatos. "¿Para qué aprender algo que no voy a usar?" "¿Quién habla así?", dicen unos estudiantes, mientras una chica agrega que sus abuelos jamás lo usan. Y entonces el profesor explica que antes de decir que un saber no sirve, hay que dominarlo. "Pero, ¿cuándo fue la última vez que oyó a alguien hablar así?", se escucha desde los pupitres. "Ayer... con unos amigos", responde el maestro. "¡Pero alguien normal!", dice otro alumno. Touché.
Entre los muros, película ganadora del Festival de Cannes 2008 y que mañana se exhibe en Sanfic 5, muestra, con la urgencia de un reportaje, los problemas de un docente para darse a entender e interesar a un grupo de adolescentes que lo ven como un tipo sustancialmente distinto de ellos. Pero, ¿por qué la cinta ha conmovido e impactado en distintas latitudes? Parte de la respuesta la tiene François Bégaudeau, quien interpreta al profesor Marin.
Hijo de docentes, Bégaudeau (1971) ha sido cantante de rock, cronista literario, escritor, dramaturgo, crítico de cine y, primeramente, maestro escolar. Pero actor nunca. Hasta que el éxito de su novela Entre les murs (2006) lo llevó a protagonizar el filme homónimo, dirigido por Laurent Cantet.
Nada de homenajes
Nacido en la localidad de Luçon, al oeste de París, Bégaudeau se crió en Nantes, en cuya universidad estudiaría letras modernas. Su primer trabajo como profesor lo tuvo en un liceo técnico de Dreux -norte de Francia-, de donde pasó al colegio Mozart, del XIX distrito de París, lo que hoy llaman una "Zona Urbana Sensible". En ese período se las arregló para escribir: de cine, en los Cahiers du Cinéma, y de sus experiencias como amante del fútbol. Así nacería su primera novela, Jouer juste (2003). Vendrían más libros, entre ellos una "ficción biográfica" sobre Mick Jagger, así como colaboraciones para la televisión y diversos proyectos colectivos. Pero los 200 mil ejemplares vendidos por el libro que novelizó su experiencia docente, fueron un punto de inflexión. "He intentado ser fiel a la complejidad de la realidad, y la complejidad no autoriza la generalización. Los profesores efectivamente están mal pagados, pero todo el mundo lo sabe y no es una cuestión atractiva literariamente", diría sobre su libro, en el que trataría también de enfentar el cliché "de los alumnos malvados o problemáticos".
Su premiada novela lo sacó a la luz pública y le dio la chance de trabajar con Laurent Cantet, uno de los nombres destacados del cine francés reciente. El director de Recursos humanos, quien dice haber leído el libro de Bégaudeau cuando tenía ya la idea de hacer una cinta de tema escolar, se juntó con el autor. Ambos se entendieron y pronto empezaron a trabajar en el guión, así como en un taller de improvisación abierto para los alumnos de la escuela Françoise Dolto -la misma que aparece en la cinta- que se desarrolló todos los miércoles, por más de siete meses.
Sui géneris en más de un aspecto, la película registró a Bégaudeau en su antiguo papel de enseñante, a veces subiendo el tono, normalmente muy irónico, a ratos molesto, incluso empleando malas palabras con los alumnos. Pero también descolocado, como cuando le objetan que para sus ejemplos idiomáticos use nombres como Bill. ¿Por qué no Ahmed o Rachid? "La escuela crea incesantemente situaciones geniales", ha dicho Bégaudeau, "pero sabemos al mismo tiempo que es discriminatoria y desigual. Esta tensión es la del filme".
Y para quienes vean en la película o en el libro un homenaje a la labor docente, el propio escritor pone paños fríos. Así, cuando un diario catalán le preguntó por su visión del oficio de enseñar, respondió: "Enseñar no funciona nunca, porque finalmente en la vida aprendemos solos. El profesor será feliz cuando renuncie a enseñar e intente simplemente dar a los alumnos un marco que les permita reflexionar, hacer trabajar sus ojos, sus orejas, su cerebro y, por qué no, su cuerpo, su creatividad".
Entre los muros, de Laurent Cantet. La cinta se exhibe mañana, a las 22, en Hoyts La Reina.