Frank Miller habla de The Spirit: "Intenté ser creativo e ingenuo a la vez"

Es un hombre de los de antes, con sombrero de cowboy, ni un atisbo de sonrisa y mirada al mismo tiempo pentrante e indiferente, como un pistolero del Oeste decidiendo en qué momento va a sacar la Colt. Frank Miller (51), mito del underground, codirector junto a Robert Rodriguez de Sin City, creador del cómic en el que se basa el superéxito 300, se estrena como director en solitario con la superproducción The Spirit, recién estrenada en el país. Miller ha pasado, en poco tiempo, de ser un mito para unos pocos a contar con un presupuesto de decenas de millones y un reparto con Scarlett Johansson y Samuel L. Jackson, para poner al día a uno de los superhéroes más populares de EE UU, creado por Will Eisner.
¿Cómo se convierte un dibujante de cómic en cineasta?
"Muchas de las cosas que estaban en mis libros de cómic se encontraban constreñidas por el formato, la textura. En cambio, con las películas puedes hacer lo que quieres, la revolución digital ha ampliado las posibilidades de la imagen de una forma extraordinaria. Puedes darle un movimiento y una espectacularidad a las historias que la ilustración no te permite. Claro que en el libro puedes penetrar mejor en las mentes de los personajes, entender lo que les pasa y profundizar. Además, al ser un arte mucho más barato es más fácil la libertad. Con las películas, se oyen demasiadas opiniones. Por eso, trabajo en Austin y Nuevo México. Ni me acerco por Hollywood.
UN FRANCOTIRADOR NATO
Miller creó en The Spirit un artefacto realmente singular, quizá no apto para todos los gustos. Una película en la que se funden sin remedio el mundo naïf del cómic original de principios de los 40, con el ambiente sombrío, adulto y sórdido afín al creador de Sin City. Claro que Miller opina que, desde su propia génesis, Spirit fue un héroe diferente a los más edulcorados Superman o Batman: "Spirit siempre ha tenido un espíritu romántico y peligroso".
Desde el principio se dirigía a todas las audiencias, no sólo a los niños. Muchas veces, las motivaciones del personaje eran sexuales. Y conceptualmente eran historias complicadas. Eisner reflexionaba una y otra vez sobre la noción del deber. Algunas veces, resultaba difícil incluso para un adulto".
The Spirit, de todos modos, es una película de Hollywood pura y dura, para todos los públicos. ¿Ha traicionado sus ideales?
"Alguna gente se enojó conmigo cuando dejé los cómics para trabajar en el cine, porque temían que me prostituyera. Esta película no puede tener la dureza de algunos de mis cómics ni de Sin City, porque soy consciente de que muchos niños irán a verla y no soy un pornógrafo ni tengo ninguna intención de corromper a los menores. He intentado ser creativo e ingenuo a la vez y hacer algo que pueda conectar en distintos niveles con gente muy diversa".
Desde luego, esa simbiosis entre el imaginario de Eisner y el de Miller (dominado por mujeres fatales, humo de cigarrillo, pasiones desatadas y violencia extrema) da lugar a un filme curioso. Tiene un argumento deshilachado y a ratos delirante, en el que Spirit lucha en un universo de fantasía donde Samuel L. Jackson y Scarlett Johansson, como su pérfida ayudante, pueden disfrazarse tanto de nazis como aparecer en pantalla un personaje tan sólo formado por... un pie y una cara. "Nos hicimos amigos con Eisner 25 años antes de su muerte (2005) y comenzamos a pelearnos en seguida", ironiza. "El día que nos conocimos le enseñé una página que había dibujado y lo primero que me dijo fue que el pie de página era incorrecto. Siempre he sentido tanto respeto por su trabajo que mi primera reacción, cuando me ofrecieron hacer esta película, fue decir que no. Después cambié de opinión, porque la idea de que alguien pusiera sus garras en un personaje tan querido me resultaba aún más insoportable".
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