Una frase inapropiada sobre Jesucristo pronunciada por el Presidente senegalés, Aboulaye Wade, dio origen a choques entre la policía y un grupo de manifestantes cristianos frente a la catedral de la capital Dakar.
Enfrascado en una polémica con algunos dignatarios islámicos por un monumento dedicado a la liberación de Africa, hace días el jefe del Estado senegalés intentó obtener los favores de los musulmanes afirmando que los cristianos rezan "a un hombre llamado Jesucristo".
La frase no gustó al influyente arzobispo de Dakar, Theodore Adrein Sarr, quien -en un mensaje de augurios por el nuevo año ante centenares de fieles- atacó a Aboulaye Wade.
"Es escandaloso e inaceptable que la figura de Jesús sea puesta en ridículo por la más alta autoridad del Estado", dijo Sarr.
Las duras palabras del arzobispo encendieron la mecha de la protesta y centenares de jóvenes se reunieron ante la catedral, que se halla a poca distancia del palacio presidencial, cantando himnos religiosos y vociferaron eslóganes contrarios al jefe del Estado.
Cuando la policía intervino, los manifestantes atacaron con piedras a los agentes que recurrieron a los gases lacrimógenos.
Algunos cartuchos terminaron en el patio interno de la catedral, hecho que irritó a la autoridad eclesiástica. La protesta concluyó poco después.
La gigantesca estatua en bronce que Wade pretende erigir en un colina que domina la capital representa un núcleo familiar.
El monumento, cuando esté terminado en los primeros meses del año próximo, será más alto que la Estatua de la Libertad, uno de los símbolos de Nueva York.
Los líderes de la comunidad musulmana, que en Senegal representa el 90 por ciento de la población, la definieron contraria a los principios del Islam pues en el arte no se admite la representación de la figura humana.