El ingeniero comercial Iván Alvarez (37), quien se encuentra en prisión preventiva acusado de fraude tributario, cohecho y lavado de activos, cuenta en sus declaraciones a la Fiscalía cómo descubrió que podía robarle al Fisco sin ser detectado.
Este se convertiría en el punto de origen en una larga cadena de eventos, que incluso terminaría en el llamado caso Penta y sus serias implicancias político-empresariales.
Alvarez dice no recordar el nombre de la persona que le dio la idea para desarrollar la trampa con la cual defraudaría al Estado por miles de millones de pesos sin moverse del escritorio.
Los interrogatorios y diligencias realizados durante las últimas semanas por el fiscal Carlos Gajardo son consecuencia del esquema que Alvarez puso en movimiento. Este comenzó pequeño, pero terminaría siendo anzuelo para peces gordos.