"Yo me encuentro recluido en el centro penitenciario Santiago 1 desde hace casi dos meses, a raíz de los hechos que son investigados en la causa de la Fiscalía de Magallanes, en la cual me encuentro en calidad de imputado". Así empezó la declaración que entregó el 1 de junio pasado Patricio Rojas Soto, quien fue formalizado como presunto cómplice en la investigación por la millonaria defraudación.
"Desde un tiempo a la fecha, comencé a recibir amenazas en el interior del penal de parte de otros internos, los cuales tienen conocimiento de mi participación dentro del denominado fraude en Carabineros, por lo que asumen que yo soy carabinero y, por tal, me acosan y amenazan por mi supuesta condición de carabinero. Yo he intentado explicarles que era parte de la institución, pero no carabinero, pero ellos no me entienden", señaló Rojas.
Según su testimonio, la situación se acrecentó unos días antes de ir a declarar ante el fiscal, "cuando me tocó compartir celdas con otros reos de mayor peligrosidad de otro módulo del penal".
Detalló que dos días antes de prestar su testimonio, "me llaman desde el 'ASA' de Santiago 1, el cual es el hospital que mantiene el penal, específicamente la psiquiatrica y mientras me encontraba sentado esperando mi atención entraron tres reos de mayor peligrosidad los cuales me preguntaron porque me encontraba en ese lugar, yo les respondí que era del módulo 12, y ellos de inmediato asumieron que yo era del denominado paco gate".
Aseguró que "comenzaron a empujarme e intentaron asaltarme. Luego uno de ellos se sube a una silla e intenta patearme la cara, hecho que no se concretó porque me resistí, y ante eso me amenazaron que me iban a encargar con los otros reos, y que me iban a quebrar y a matar. Después de eso apareció un gendarme, él me abrió la puerta y pude salir".
Rojas denunció sentir miedo por su integridad física y lo que le pudiese ocurrir si se sigue mezclando con el resto de los internos más peligrosos. "Por creer que soy carabinero, quieren golpearme y acosarme", argumentó.