A las 21:15 horas, poco antes de que comenzara en TVN el primer debate presidencial, los comandos hicieron un sorteo con los temas a tratar y el coordinador de la campaña de Eduardo Frei, Sebastián Bowen, sacó una pregunta sobre "corrupción". Los estrategas del comando de Frei celebraron. Estaban buscando el momento preciso para aludir al Informe de Transparencia Internacional publicado ayer que mencionaba la multa dictada por la SVS que debió pagar el candidato RN por una compra de acciones de Lan el 2006. Los asesores resolvieron que Frei mencionara el tema en su última intervención del segundo bloque para que Piñera no pudiera responder inmediatamente. La jugada fue el momento más tenso de la noche. Entre los 400 asistentes al debate -entre ellos 40 invitados de cada candidato que actuaron como barras aplaudiendo y pifiando la distintas intervenciones- hicieron sonar los pies contra el suelo y algunos lanzaron rechiflas cuando el candidato DC dijo que "una persona que postula a la Presidencia no puede estar mencionado en esa lista".
La respuesta de Piñera vino después de los comerciales: "Nunca he utilizado información privilegiada y espero que se disculpe. Mis inversiones siempre han sido transparentes y las suyas sólo las conoce usted y su hermano Francisco", indicó el presidenciable de la Alianza, quien además emplazó a Frei por su decisión de indultar al narcotraficante Ángel Vargas cuando fue Presidente.
Partidarios de Piñera acusaron una operación política, ya que el informe de Transparencia fue elaborado por su capítulo chileno, que dirige la ex ministra de Bachelet, Karen Poniachik. Uno de sus redactores, Marcelo Cerno, es asesor del ministro de Hacienda. Además, asesores del comando de Frei se encargaron de difundir su contenido durante una actividad del candidato en la mañana.
Las intervenciones de Frei fueron marcadas por su fuerte defensa de los gobiernos de la Concertación y su defensa de un rol más activo del Estado. Piñera, en tanto, hizo propuestas de "mano firme" en contra de la delincuencia y terminar con la puerta giratoria. "Yo estoy del lado de las víctimas", dijo. Entre sus asesores más cercanos dijeron que si bien "ganó en propuestas", lamentaron que se mostrara "tenso" durante el debate, al punto que cuando no lo enfocaba la cámara, aumentaba sus tick nerviosos. En los intermedios, en vez de salir directo a camarines, como los otros candidatos, se acercaba a su mujer, Cecilia Morel, quien le daba un beso en la mejilla.
La evaluación en el equipo de Marco Enríquez-Ominami era que "las clases de dicción y manejo televisivo" de su esposa, Karen Doggenweiler, fueron exitosas, que pudo manejar los tiempos adecuadamente y logró transmitir su mensaje. Pero admitieron que no logró transformarse en el protagonista del encuentro, dado que tanto Frei como Piñera se robaron el protagonismo de la noche y eludieron sus interpelaciones.
El candidato del Junto Podemos, Jorge Arrate, fue el que estuvo más relajado. El hecho de figurar en el set ya le daba un protagonismo que no había ostentado. El candidato presentó su programa, habló a sus electores y fue el único que demostró sentido del humor en la hora y media de discusión al aseverar, entre risas, que su problema no es el gasto electoral, sino el ingreso de fondos. Arrate, con el 1% de las preferencias en la encuesta CEP, sólo tenía espacio para crecer.
Fuera de cámara se veía la buena relación entre Arrate y Frei. El candidato oficialista aplaudía y felicitaba al ex PS por sus intervenciones e intercambiaban un par de opiniones. Piñera y Enríquez -aunque se enfrentaron por el tema del gasto electoral- tembién mostraron gestos de cordialidad. En un momento en que el abanderado RN pedía insistentemente un lápiz, el diputado díscolo le cedió el suyo.
Al término del encuentro mientras Enríquez se fue con su comando a celebrar al "salón Bachelet" del restaurante Liguria, Piñera partió a su comando a una "completada" con jóvenes simpatizantes. Frei, tras compartir una copa de vino con sus asesores, se fue con su familia a su hogar.