El sector forestal en Chile se ha enfocado en la producción de dos especies exóticas: el Pinus radiata y el Eucalyptus. Pero en la búsqueda de otras variantes comerciales, ahora explora las potencialidades del Pinus pinea o pino piñonero, que tiene una ventaja respecto al radiata y al eucaliptus: sus semillas (piñones), son comestibles.
Y no se trata de cualquier fruto, sino el "fruto seco más caro del mundo", según sus productores. Si el precio de un kilo de nueces en el mercado mayorista, por ejemplo, ronda los 12 dólares (7 mil pesos), la del pino piñonero o piñón mediterráneo, oscila entre los 25 y 45 euros por kilo (18 mil a 34 mil pesos).
Su valor radica en el complejo proceso para sacar y procesar su fruto.
Originario del Mediterráneo, en Chile se ha plantado con fines ornamentales desde hace más de un siglo favorecido por clima de la zona central, pero hoy se está fomentando su potencial frutícola.
Según estudios del Centro de Investigación y Desarrollo de Alimentos Funcionales (Cidaf) de la U. de Valparaíso y del Instituto Forestal (Infor), Chile se vislumbra como un competidor de los principales productores: España, Turquía, Portugal e Italia.
De acuerdo a estas investigaciones, en Chile la especie no sólo crece más, sino que da más frutos. Y si en Europa los ejemplares empiezan a producir a los 15 a 20 años, en Chile ese proceso se da entre los 7 y 12 años, según el sitio, manejo y tipo de plantación.
Múltiples propiedades
En Chile el piñón se vincula con el fruto de la araucaria. "Pero el piñón de pino mediterráneo posee una composición y propiedades muy distintas", aclara Mariane Lutz, directora del Cidaf.
Es rico en proteínas, grasas insaturadas, vitamina E, fitoesteroles y minerales y por sus características nutricionales y sensoriales es muy apreciado. Ni dulce ni salado, combina en muchas preparaciones y es la base del popular pesto. Se ocupa además en pasteles, guisos y helados.
Su demanda ha crecido mucho, pero la producción no es capaz de satisfacerla, dice Lutz. "Su precio, que ya era alto, ha subido aún más, y se le reconoce como el fruto seco más caro del mundo, o 'el diamante de los frutos secos'", asegura.
En los últimos años en el país ha crecido el cultivo y la difusión de técnicas para obtener mayor rendimiento. En 2013, dice Lutz, habían 100 hectáreas de plantaciones de pino piñonero muy fragmentadas, pero en los últimos tres años se superaron las 650 hectáreas, concentradas entre el Maule y Biobío, aunque la cifra aún está muy por debajo de los países productores. "Pero los estudios del Infor demuestran que Chile puede convertirse en un proveedor mundial importante", asegura Lutz.
Verónica Loewe, jefa de proyectos de Infor destaca el valor de ser una especie frutal no domesticada. "Eso es importante porque es el fruto seco más antiguo del mundo. No tiene variedades y no se han desarrollado las técnicas para el manejo de la fruta", destaca.
En el Infor ya inscribieron una patente de un método de injertación con un porcentaje de 80% de éxito. "En Chile la especie crece con mucho vigor, es sana y existen 10 viveros que producen semillas. El mercado es muy atractivo y la evaluación económica también, y es un nicho importante que se le compara con productos como la langosta y el caviar", aclara Loewe.
Según Infor, en Chile hay una superficie potencial de 8,7 millones de hectáreas aptas para el cultivo de la especie. De ellas, 1,2 millones de hectáreas serían de alta productividad frutal, y más de 3,6 millones, de productividad media.