Casi el triple de puntajes nacionales hubo en este proceso de la Prueba de Selección Universitaria (PSU) en comparación con 2015, año que marcó el más bajo récord de resultados máximos, registrado desde 2004.
Así, en esta ocasión, siguiendo la tendencia de años anteriores, la mayor cantidad de puntajes nacionales se concentró en Matemática (116) y Ciencias (39), mientras que Historia (2) y Lenguaje (5) fueron las dos áreas con menos puntuaciones máximas. Además, 10 personas obtuvieron doble puntaje nacional.
¿A qué se debió el alza? Fuentes del Demre precisan que la anomalía se produjo en realidad el año pasado, cuando los puntajes nacionales cayeron a 64 producto de que en la prueba de Matemática se incluyó una pregunta de un contenido nuevo que había sido poco abordado en los colegios. Debido a eso, una gran cantidad de postulantes se equivocó en esa pregunta, lo que provocó la disminución de puntajes máximos en esa materia y una baja general. La pregunta de ese contenido, en cambio, este año sí fue respondida correctamente por más alumnos, lo que hizo que repuntaran los puntajes de Matemática.
Para los expertos, los puntajes nacionales son muy sensibles. "Tienen que ver con la naturaleza de las preguntas y la composición del alumnado. A veces hay mas alumnos buenos en una generación que en otra y con los mismos profesores puedes sacar más puntajes nacionales", señaló José Joaquín Brunner, investigador de la U. Diego Portales (UDP).
Las brechas
Las cifras de este año reflejan nuevamente diferencias de género: 72,96% de los puntajes nacionales se concentraron en hombres, mientras que un 27,04% en mujeres. Eso sí, este año la distribución favorece un poco menos a los hombres respecto del año anterior, ya que en 2015 el 88,71% de las máximas puntuaciones provenían del universo masculino.
En tanto, las diferencias por tipo de establecimiento también son visibles este año. Los colegios particulares pagados obtuvieron 112 puntajes nacionales, es decir, el 69,1% del total. En tanto, los liceos subvencionados figuran con 32 (19,7%) y los municipales con 18 (11,1%). Con esta distribución se invierten los porcentajes del 2015, cuando en segundo lugar los recintos municipales concentraban los puntajes nacionales, con un 16,3% y luego seguían los subvencionados con 11,29%.
Para Jorge Manzi, director de Mide UC, es importante considerar el universo que rindió la prueba: "Uno tendría que pensar cuántos alumnos de colegios municipales rindieron la prueba este año y cuántos el año pasado. Porque está ocurriendo que con el tiempo ha habido una disminución de la matrícula en enseñanza pública respecto de la particular subvencionada, que es la que está creciendo. Por tanto, pensándolo mecánicamente, lo que debiera ocurrir frente a eso es que año tras año disminuyan la cantidad de puntajes nacionales de los municipales y suban los de particulares subvencionados", señaló el experto de la UC.
Los expertos coincidieron en que los puntajes nacionales no sirven para estudiar tendencias, pero explicaron que igual refuerzan tesis que ya en Chile están comprobadas, como la de que los resultados de la PSU tienen una alta correlación con el origen socioeconómico.
"Sabemos que los establecimientos que tienen la mayor cantidad de puntajes nacionales son colegios que atraen alumnos provenientes de familias con mucho capital educacional, económico, social y cultural, y que además se esfuerzan por apoyar la educación de sus hijos; o vienen de sectores medios, pero tremendamente meritocráticos, donde los padres están muy pendientes de la educación de sus hijos", explicó Brunner.
El académico de la UDP agregó que "los puntajes nacionales no son los alumnos más inteligentes de Chile. Es una mezcla muy grande de esfuerzos y en muchos casos de condiciones de fortuna de la cuna".
Para Jorge Manzi, el alto capital cultural de los padres presente en los colegios particulares es algo con lo que no pueden competir las otras dependencias. "Históricamente, la educación particular ha sido selectiva socioeconómicamente y esa razón tiene un componente relacionado con el desempeño. La escolaridad media de los padres de alumnos de colegio particulares es seguramente unos seis años mayor en promedio que los alumnos de colegios municipales, y esos mayores años de escolaridad de los padres es una diferencia que la escuela no puede controlar", dijo Manzi.
Sofia Schweitzer: poder femenino
El celular no paraba de sonar para felicitar al máximo puntaje nacional de la PSU de este año, Sofía Schweitzer (18). La alumna del Colegio Almondale (particular subvencionado) de San Pedro de la Paz, Concepción, consiguió dos puntajes nacionales, con 850 en Matemática y el promedio PSU de 843,5. "Desde que tengo conciencia de que existe un puntaje nacional, siempre quise serlo. Esto es un sueño hecho realidad", dijo la joven. Cuenta que se preparó en dos preuniversitarios para la prueba y que quiere estudiar Medicina. Pese a que aún no decide, adelanta que baraja la U. de Concepción, la U. de Chile o la U. Católica. "Desde el principio supe que sacaría puntaje nacional, nadie pudo sacarme esa idea de la cabeza porque vi la dedicación que le puso a esto", cuenta su madre, Cecilia Luke. Por su parte, Carlos Schweitzer, padre de la estudiante, dice que al momento de la noticia se encontraba trabajando. "Me quedé solo en la oficina y me cayeron lágrimas, me emocioné, porque es gratificante sentir que este hito es fruto de tanto esfuerzo y sacrificios de Sofía".
Tomás Vásquez, estudiará gratis Medicina
Hace algunos años debió ser hospitalizado por problemas de nutrición. Luego, su padre sufrió un accidente cerebrovascular y hace pocas semanas su madre fue diagnosticada con cáncer. A pesar de estos desafíos y problemas familiares, Tomás Vásquez logró el puntaje máximo en Matemática (850) y está seguro "que obtuve el puntaje necesario para estudiar Medicina en la U. de Chile o en la U. Católica". El egresado del Instituto Nacional califica para obtener la gratuidad, por ello, sus padres están felices: "Cuando les dije, se emocionaron mucho y me dijeron que tienen todas las ganas de seguir luchando", dijo Vásquez.
María Inés Phillips Becker: Familia que celebra por segundo año
Estudió en el Colegio Albamar de Reñaca, V Región, e hizo un preuniversitario de dos años. Hoy recibió la noticia en el Fundo Mantagua, de su familia. "Me llamaron de la U. Católica y no lo podía creer", cuenta la joven, hermana de Alejandro, máximo puntaje nacional del país en 2015 y quien actualmente estudia ingeniería civil en la U. Católica. "Todo esto es inesperado, yo siempre quise Medicina en mi ciudad, pero ahora voy a tener que reevaluar todo", dice ella. Obtuvo 850 puntos en Matemática, 783 en Ciencias y 711 en Lenguaje. Alejandro Phillips, su padre, comenta que "la clave fue no poner nunca a su hermano como un desafío".
Fernanda Torres Muñoz
Con el único puntaje nacional de Coyhaique bajo el brazo, Fernanda Torres aseguró que pasará la mejor Navidad de su vida. Recibió la noticia de voz de la rectora de la Universidad de Aysén, quien la llamó a eso de las 15:15 de hoy. "No me la creía. Estaba en la casa con mis abuelos, me puse a llorar, así que ellos cacharon que había pasado algo. Les dije que era puntaje nacional en Matemática y me abrazaron", relató la egresada del Liceo San Felipe Benicio de esta ciudad, quien salió con promedio 7 en ese ramo y que quiere estudiar Medicina. Añadió que "siempre me ha ido bien en matemática y estudié muchísimo. El puntaje nacional era uno de mis sueños".
Bruno Gálvez, quiere arreglar el Transantiago
A las 15.00, la casa de Bruno Gálvez quedó en silencio. Junto a su madre y sus dos hermanas menores esperaban atentos frente al teléfono la llamada que les anunciaría que había obtenido 850 en la prueba de Matemática. El alumno del Instituto Nacional cuenta que quiere estudiar Ingeniería en Transportes. "Me gustaría ser un aporte para el país y hacer cambios, arreglar el Transantiago, por ejemplo. Sé que es difícil, pero es mi objetivo". Pese a que aún no se decide sobre una universidad, cuenta que le gustaría postular a la U. de Chile o irse al extranjero. "Estoy postulando a una universidad francesa que me permite estudiar tres años en Viña del Mar y tres años en Francia".