Las fuerzas iraquíes han logrado avances en las provincias de Al Anbar y Saladino en su lucha contra el grupo yihadista Estado Islámico (EI) por tercer día consecutivo, según dijeron hoy responsables policiales de ambas regiones vecinas.
De acuerdo con el jefe de la Policía de Al Anbar, Hadi Razich, las fuerzas iraquíes han cercado a los combatientes del EI en Ramadi, capital de Al Anbar, por tres frentes: este, sur y oeste.
Razich también indicó en un comunicado que las tribus suníes han mostrado su deseo de contribuir en las operaciones de liberación de las localidades de la provincia.
Insistió en que el plan trazado para la liberación de la provincia avanza según lo previsto y que muchos de sus habitantes se han unido como voluntarios a los llamados "Batallones de emergencia".
Además, el responsable policial señaló que 1.700 agentes y oficiales de Al Anbar se habían presentado en el cuartel militar de Al Habaina para contribuir en la reconquista de Ramadi.
La fuente agregó que las fuerzas armadas y la milicia chií "Multitud Popular" han impuesto un cerco completo a la ciudad tras liberar las zonas de Al Tash, Hamira y Al Ankur, en el sur de Ramadi, y Hasiba Oriental, en el este, emplazamientos a los que han llegado refuerzos.
En cuanto a Saladino, una fuente de la dirección de las Operaciones de la ciudad de Samarra dijo a Efe que diez efectivos de las fuerzas de seguridad y de las milicias chiíes murieron y 23 resultaron heridos en los combates de las últimas 24 horas en la zona.
Los enfrentamientos se desarrollan en la zona de Al Yazira, al oeste de Samarra y limítrofe con Al Anbar, donde el ejército pretende recuperar el control del yacimiento petrolero de Lain, en el que ha conseguido avances.
En estos choques fallecieron al menos 15 miembros del EI y decenas sufrieron heridas.
El principal objetivo de la actual ofensiva es recuperar Ramadi, arrebatada al Ejército por los yihadistas el pasado 17 de mayo en una operación relámpago que forzó la huida precipitada de los soldados iraquíes.
La caída de Ramadi supuso un duro revés para el Gobierno de Bagdad, que le tomó por sorpresa mientras se concentraba en los preparativos para liberar Al Anbar como paso previo a la reconquista de Mosul, principal feudo del EI en Irak.