Fuerzas iraquíes pusieron el jueves fin a una toma de rehenes en Bagdad tras matar a los asaltantes que habían atacado algunos edificios del Ministerio de Derechos Humanos en el este de Bagdad, en un contexto de violencia que ha dejado más de 900 muertos en el mes de enero.

Los rehenes fueron liberados, afirmó el general Saad Maan, portavoz del  ministerio del Interior.

Seis hombres armados, portando explosivos adosados al cuerpo, habían  entrado por la mañana en el inmueble. Al menos dos personas, incluido un  policía, resultaron muertas al iniciarse el asalto. Dos de los asaltantes se  hicieron estallar en las puertas de entrada al inmueble, según esta fuente.

Los cuatro asaltantes restantes tomaron rehenes durante varios horas, antes de que los mataran las fuerzas de seguridad iraquíes. 

Las fuerzas de seguridad habían acordonado la zona, en la que se encuentran varios edificios gubernamentales, incluida la sede del ministerio de  Transportes.

El ataque no ha sido reivindicado, pero en el pasado los insurgentes sunitas del Estado Islámico en Irak y el Levante (EIIL, vinculado a Al Qaida)  cometieron varios asaltos contra edificios gubernamentales.

La misma fuente informó, por otra parte, de que dos civiles murieron y otros nueve resultaron heridos tras la explosión de un coche bomba en la calle de Al Magreb, en la zona de Kasra, en el norte de Bagdad.

Cinco civiles resultaron heridos tras la explosión de una bomba colocada junto a la carretera en la zona de Talabiya, en el este de la capital.

La pasada noche, 18 personas murieron y otras 43 resultaron heridas tras la explosión de cuatro coches bomba y en un ataque armado en diferentes partes de Bagdad.

Irak sufre un rebrote de la violencia sectaria y de los atentados terroristas, que causaron en 2013 la muerte de 8.868 personas, de las que 7.818 eran civiles, según cifras de la ONU.