Una manifestación masiva para esta jornada y un llamado a iniciar una nueva ofensiva opositora contra el líder Muammar Gaddafi, marcará el día en Libia. Esto, mientras siguen los intensos combates en que los rebeldes lograron nuevas conquistas y se acercaron a Trípoli, bastión del mandatario.
Por su parte, las fuerzas progubernamentales atacaron dos ciudades cercanas a la capital en enfrentamientos que dejaron al menos 17 muertos.
También gana fuerza la voluntad internacional para tomar medidas contra el régimen de Gaddafi por el derrame de sangre. La comisaria de política exterior de la Unión Europea, Catherine Ashton, dijo que el bloque necesita sopesar sanciones como restricciones para viajar y el congelamiento de bienes contra Libia para detener la violencia en la nación norafricana y avanzar hacia la democracia.
El organismo rector de la OTAN también planea reunirse hoy en una sesión de emergencia para evaluar la situación, aunque el secretario general Anders Fogh Rasmussen dijo que la alianza no tiene intención de intervenir en Libia.
En tanto, la alta comisionada de la ONU para los derechos humanos, Navi Pillay, dijo que hay reportes de masacres en Libia que deben hacer que la comunidad internacional "intervenga vigorosamente" para detener la represión contra manifestantes antigubernamentales. "miles pueden haber sido asesinadas o heridas" durante la represión del levantamiento popular en Libia, agregó.
La mayor parte del oriente libio ya se ha emancipado, al tiempo que diplomáticos, ministros e incluso un primo con un alto cargo han abandonado a Gaddafi, quien ha gobernado a Libia por 42 años. Se cree que aún tiene un firme control de la capital y de algunos pueblos que la rodean.
La violenta represión de Gaddafi le ha permitido mantener el control de Trípoli, hogar de cerca de un tercio de los seis millones de habitantes de Libia.
Pero en ciudades orientales, las fuerzas rebeldes han tomado los edificios gubernamentales y las bases del ejército, y en muchos casos las unidades del ejército se les han unido.
Zawiya, 50 kilómetros (30 millas) al oeste de la capital, es la población más cercana a Trípoli que ha caído en manos de los opositores, y también fue el lugar donde ocurrió el peor derrame de sangre el jueves.
Una unidad del ejército leal a Gaddafi disparó con armas automáticas y artillería antiaérea contra una mezquita llena de pobladores, de acuerdo con testigos.Un médico de una clínica improvisada en el lugar dijo que vio 10 cadáveres y unos 150 heridos.
En Misrata, la tercera ciudad más grande de Libia y donde hubo enfrentamientos que dejaron siete muertos, un testigo dijo que muchos jóvenes viajaron a Trípoli para participar en las protestas, pero que otros se quedaron para proteger la ciudad debido a que hay rumores de que el régimen planea atacar de nuevo.