Heridos, cojeando y pálidos por la larga batalla en el aeropuerto de Donetsk, los separatistas prorrusos obligaron a los soldados ucranianos capturados a arrodillarse ante los enojados residentes locales, quienes les acusaban de haber devastado sus vidas.

Tras ceder el aeropuerto después de meses de lucha, las fuerzas ucranianas  capturadas desfilaron ante los habitantes, que les escupían, al grito de  "¡Ratas!" y "¡Perras!".

"Deben ser castigados, como [el expresidente iraquí] Saddam Hussein. Son unos  asesinos. Mataron a nuestros hijos",

dice a la AFP Zina, pensionista, cuando  parte del público arrojaba a los prisioneros fragmentos de vidrio y bolas de  nieve.

El espectáculo tuvo lugar cerca de la última tragedia en el este de Ucrania: la muerte de trece personas tras impactar un obús el jueves  por la mañana contra un trolebús en Donetsk. La captura de los soldados tuvo  lugar antes de ese ataque.

Las autoridades separatistas dijeron que el ataque fue cometido por "saboteadores", que ya habían sido arrestados, e instaron a quienes se  sintieran apenados por el ataque a acudir a la parada de trolebús a "mirar  personalmente a los soldados ucranianos en los ojos".

El alcalde prorruso de Donetsk, Igor Martynov, dijo que, si no fuera por  las fuerzas de seguridad separatistas, los ucranianos habrían sido linchados.  "En algunos casos, quizás se deberían supervisar los linchamientos públicos,  pero entonces nos criticarían por ser intolerantes e inhumanos", dijo a la AFP.