Urgido a retener hasta el último centavo que sale del país, el gobierno argentino aumentó ayer los controles sobre las compras minoristas al exterior a través de internet. Se trata de la última de una serie de medidas adoptadas por la Presidenta Cristina Fernández en su afán por reducir la incesante pérdida de reservas. La iniciativa se conoce justo en momentos en que el ministro de Economía, Axel Kicillof, intenta renegociar -una vez más- el pago de la deuda con el Club de París, en busca de créditos que permitan nutrir de dólares frescos a las debilitadas arcas del Banco Central.
El ente recaudador fiscal, la Administración Federal de Ingresos Públicos (Afip), determinó que, a partir de ayer, las personas que realicen compras en el exterior a través de internet deberán completar una declaración jurada y acceder a una clave fiscal de nivel 2 de seguridad.
El jefe de gabinete, Jorge Capitanich, justificó la nueva norma por el "incremento extraordinario" en las transacciones comerciales vía internet. "De alrededor de 1.000 operaciones diarias en 2005 se pasó a cerca de 30.000 en 2013", precisó.
Sin embargo, el diario porteño Clarín asegura que, con esta medida, el gobierno pretende reducir el flujo de divisas que sale de Argentina por compras efectuadas por particulares mediante sitios de venta online. La misma evaluación hace el diario argentino La Nación, al señalar que "la fuga de dólares bajo cualquier vía preocupa el gobierno". Según este medio, las reservas ya perforaron la barrera de los US$ 30.000 millones. En 2013 cayeron más de US$ 12.000 millones, para quedar en US$ 30.784 millones, el nivel más bajo desde fines de 2006, apunta.
En medio de este sombrío escenario, Kicillof calificó como "altamente positiva" la reunión que mantuvo el lunes, en Francia, con el Club de París, el organismo financiero internacional que reúne a los 19 países más poderosos del mundo, al cual Argentina adeuda cerca de US$ 10.000 millones desde 2001.
Aunque Kicillof aclaró ayer que la negociación recién comienza y será larga, según Clarín, la oferta formal de Argentina incluiría el pago de unos US$ 2.000 millones en efectivo y el resto en títulos públicos. Sin embargo, La Nación destaca que, en el último tiempo, Fernández rechazó propuestas que consistían en realizar pagos anuales de US$ 2.000 millones, cuando las reservas estaban por encima de los US$ 40.000 millones. Hoy, con reservas internacionales inferiores a los US$ 30.000 millones, pensar en un pago en efectivo "es aún más difícil", destaca el periódico.
“No es factible hacer todo el pago de la deuda con reservas, pero pienso que sí sería posible hacer algún pago relativamente menor en efectivo, si los acreedores se avienen a financiar el resto. De todas maneras, el acuerdo me parece aún bastante difícil, entre otras razones, porque para refinanciar buena parte de la deuda, seguramente los acreedores requerirán alguna intervención del FMI, lo que el gobierno no parece aún dispuesto a aceptar", explicó a La Tercera el economista Mario Damill.
La resolución del pago de la deuda al Club de París, apunta La Nación, es la condición sine qua non para que Argentina vuelva a tener acceso a los créditos de organismos multilaterales para la exportación y, probablemente, también a un flujo normal de inversiones privadas.
Si bien Damill cree que un acuerdo con el Club de París "podría contribuir a moderar la pérdida de reservas", estima que "por sí solo, el acuerdo no resuelve" problemas como la elevada inflación y la apreciación cambiaria real.