La ministra peruana de Justicia, Eda Rivas, considera que el encarcelado ex presidente Alberto Fujimori debe firmar el pedido de indulto que presentaron sus hijos, pues eso significaría una admisión de responsabilidad y arrepentimiento, según una entrevista que publica hoy el diario "La República".

"La solicitud de indulto es para el perdón de la pena. Y cuando una persona está en capacidad de hacerlo, tiene que hacerlo. Yo no puedo pedir perdón por ti. Y tú tampoco por mí. El sentido de pedir que sea la propia persona es por eso, porque el indulto es el perdón de la pena y también el reconocimiento del delito", dijo Rivas.

"Ese es el sentido de que alguien pida el indulto personalmente, no es una majadería. Uno reconoce que ha cometido un delito y pide que se le cambie la pena", agregó la ministra.

Fujimori no firmó el pedido presentado por sus cuatro hijos, lo que para analistas no puede explicarse como un simple olvido. El ex mandatario, que paga desde 2007 una condena de 25 años de cárcel por 25 asesinatos y dos secuestros agravados, siempre ha negado la autoría mediata por la que se le aplicó la pena.

Para Rivas, la reciente aparición de un autorretrato en el que Fujimori pide en una leyenda "perdón por lo que no llegué a hacer y lo que no puede evitar", presentado por los seguidores del reo como señal de arrepentimiento, solo significa que sí está en capacidad física y mental de escribir, y por tanto debería firmar el pedido. 

Por su parte, Keiko Fujimori afirmó su padre pidió perdón en dicho autorretrato.

La ministra puso como ejemplos a los cuatro indultos de presos comunes concedidos en los tres últimos días por el presidente Ollanta Humala, pues todas las solicitudes llevaban la aprobación explícita del beneficiado. En el caso de una mujer que murió sin saber que había sido indultada horas antes, había autorizado a firmar a un familiar, pues era analfabeta.

Quienes se oponen a que Fujimori reciba el perdón presidencial mencionan esa carencia técnica, pero le dan más énfasis a que los delitos son de lesa humanidad y a que la enfermedad -un cáncer controlado en la boca- no implica riesgo de muerte y puede ser atendida en prisión.

Los hijos del ex presidente, de 74 años, admiten que no hay una fase terminal, como sí sucede en todos los recientes indultos dados por Humala, pero aseguran que la reclusión contribuye al avance de la enfermedad. Quienes rechazan ese argumento recuerdan que el ex jefe de Estado tiene unas condiciones carcelarias "de lujo" en comparación con cualquier preso.

Aunque el indulto es una potestad del presidente, cada solicitud es evaluada previamente por una comisión especial del Ministerio de Justicia. Humala ha asegurado a través de portavoces que decidirá con criterio técnico y sin fijar fechas de plazo.