A las 10.15 horas comenzó la audiencia preparatoria de juicio oral contra Luciano Pitronello, el joven anarquista acusado de intentar instalar un artefacto explosivo en una sucursal bancaria en Vicuña Mackenna.

El Ministerio Público presentará más de 100 pruebas para inculpar al imputado de 23 años. La defensa, por su parte, entregará los resultados de nuevas pericias que intentan descartar el carácter terrorista de hecho.

Por otro lado, a lo contrario del caso bombas, en esta oportunidad declararán en el juicio oral, funcionarios del banco en donde el joven intentó instalar la bomba, respecto al temor que genera este tipo de actos. Esto, luego de que el juez Darwin Bratti del Séptimo Juzgado de Garantía, aceptara las declaraciones de los mismos, para que fueran llevados a juicio.

En tanto, entre las pruebas presentadas se encuentra la carta publicada en un blog anarquista, titulada "Carta a los Corazones indómitos", el 1 de enero de 2012. Sin embargo, como en esa fecha el imputado estaba recluido, no se puede establecer que el documento fuera de su autoría, por lo tanto, el juez estableció que la prueba es impertinente.

La Justicia también consideró pertinentes las declaraciones de testigos quer la defensa había solicitado que no fueran consideradas, argumentando que no tenían relación a los delitos que se le imputan a su representado, entre ellas, la versión del comerciante que vive frente a la casa okupa ubicada en Lo Prado, en la que se supone vivía el joven anarquista.

LA AUDIENCIA

En representación del Ministerio Público, concurrieron el fiscl jefe de la Zona Metropolitana Sur Raúl Guzmán, y los persecutores de la Unidad Especializada de Crimen Organizado, Héctor Barros y Cristián Toledo.

En tanto, la defensa del joven está a cargo del abogado de la Defensoría Penal Pública, Carlos Mora.

Pitronello permanece recluido en el Area de Salud del Penal Santiago Uno tras ser formalizado en noviembre por los hechos ocurridos la noche del 1 de junio, cuando le explotó la bomba que intentaba colocar en una sucursal bancaria, resultando con heridas graves en sus manos, perdiendo la derecha y algunos dedos de la izquierda.

La investigación del caso, cuyo plazo terminó el 10 de febrero, estuvo encabezada por Guzmán, quien trabajó en conjunto con Héctor Barros y Cristián Toledo, ambos persecutores de la Unidad Especializada de Crimen Organizado.