El Consejo de Ministros para el Desarrollo Espacial, que preside del ministro de Transportes y Telecomunicaciones, Andrés Gómez-Lobo, trabaja en el diseño de la nueva política chilena en la materia (2017-2030) y en la creación de una agencia espacial que dependerá del nuevo Ministerio de Ciencia y Tecnología, que se anunciará a más tardar en enero de 2017.

A partir de este trabajo, Gómez-Lobo dice que podrán "tomar acciones específicas respecto de la satisfacción de las demandas satelitales nacionales".

En este consejo se ha analizado la necesidad de potenciar en el futuro la capacidad de observación o de telecomunicaciones del país. Sin embargo, estos análisis no alcanzarían a incidir en la renovación del Fasat, ya que esta instancia entregó los requerimientos civiles para un nuevo satélite al proyecto Catalejo de Defensa (ver nota principal).

"No creo factible que el proceso de revisión de la actual Política Nacional Espacial arroje como resultado la definición de una compra para renovar el satélite Fasat Charlie, ni tampoco que concluya en una compra de un satélite de comunicaciones. Sin embargo, es muy probable que la nueva versión de la Política aconseje la realización de los estudios más definitivos que nos conduzcan a esas decisiones con una nueva agencia. Realmente es de primera prioridad, y como primer paso, contar con una agencia espacial, con presupuesto, con personal, y después definir el plan espacial y los programas posteriores", agrega el ministro.

A la mesa del Consejo han llegado diversos informes. Un reporte de 2013, elaborado por la Subtel, por ejemplo, señala que un satélite propio o tercerizar la compra de imágenes no tiene un retorno financiero positivo. "Estos estudios no son concluyentes y lo que se necesita son estudios de pre factibilidad o de factibilidad para las dos áreas, de observación satelital de la tierra y de comunicaciones satelitales", aclara el ministro.

Desde la Fach explican que un satélite, en este caso de observación, no se puede medir desde el punto de vista de la rentabilidad. Christian Stuardo, comandante del Grupo de Operaciones Espaciales, desde donde se opera el Fasat Charlie, explica que los satélites de observación no son un negocio, por eso es que lo manejan los Estados, a diferencia de los aparatos de telecomunicaciones.

"El negocio de los satélites de observación de la Tierra está en quienes procesan la información, en las empresas que hacen procesamiento de imágenes", explica el oficial.

La nueva política espacial estará terminada en mayo de 2017.