A las 11 horas de ayer, el diputado Gabriel Boric estaba en el frontis de la Corporación La Matriz de Valparaíso, para entregarle su saludo al nuevo jefe comunal del Puerto, Jorge Sharp, actividad a la que también se sumó el diputado RD Giorgio Jackson. El lugar es simbólico, pues desde allí surgió, luego de un proceso de "primarias ciudadanas" con otros cuatro postulantes, la candidatura del también militante del Movimiento Autonomista de quien Boric, cada vez que puede, subraya en sus redes sociales un lazo afectivo con los conceptos "hermano, amigo y compañero".
Los datos que sustentan aquella cercanía son biográficos: ambos se conocieron haciendo política estudiantil en Punta Arenas, lazo que se afianzó en los movimientos universitarios que irrumpieron en el 2011. A esa historia se unen también los datos políticos; Sharp es el único alcalde que anoche logró instalar el autonomismo. Un triunfo que reluce con el 53,7% de los votos logrados por el joven abogado (31 años), que venció a bloques consolidados como Chile Vamos y Nueva Mayoría, pero que palidece frente a los otros resultados la agrupación. En concejales, el movimiento apenas eligió a dos cartas: Camilo Kong en Antofagasta y Arturo Díaz en Punta Arenas.
¿Cuánto del triunfo de Valparaíso tiene que ver con un voto de castigo a la Nueva Mayoría?
En Valparaíso se convocó a sectores de la población porteña que estaban disconformes por la incoherencia del proyecto de la Nueva Mayoría a nivel nacional. Algo positivo es que nosotros no caímos en el clasismo que muchas veces tuvo la derecha para enfrentar a Leopoldo Méndez. Ese tipo de campaña terminó jugándole en contra a Jorge Castro.
En privado, sectores de la Nueva Mayoría comentan que fue un error la candidatura de Méndez y que se debió apoyar a Sharp. ¿Era eso viable?
Nuestra emergencia política es con autonomía de la Nueva Mayoría, con autonomía de quienes han profundizado el neoliberalismo en Chile. Por lo tanto, no hay espacio para alianzas electorales sin que tenga un sustento político de fondo y que en este caso no se da.
A futuro vienen definiciones parlamentarias y presidenciales. ¿Ese entendimiento con la Nueva Mayoría seguirá cerrado?
No hay que olvidar de que esto es un esfuerzo en el que no estamos solos. También está RD, Izquierda Libertaria, Nueva Democracia y con ellos trabajamos hoy día. No vamos a cometer el error de mirar para el lado cuando estamos en las primeras citas.
Los resultados municipales de RD fueron modestos...
RD logró un buen resultado en su lista de concejales, pero, efectivamente, los candidatos a alcaldes no tuvieron un buen resultado. Pero esto es una tarea de largo plazo y no hay que caer en la angustia. Sabemos que va a ser difícil. En los lugares donde no se logró alcaldía, no hay que echarse a morir, sino que salir a trabajar de nuevo.
Usted apostó fuerte por la candidatura de Jessica Bengoa en Punta Arenas, finalmente derrotada.
En Punta Arenas tuvimos un resultado más bajo de lo esperado. El escenario electoral a nivel nacional podría haber sido mejor. Hubo un fracaso electoral en Punta Arenas, pero el proceso es también un éxito, porque nos permite consolidar un movimiento político más allá de mi figura en particular.
¿Realmente cree que Chile quiere transformaciones lideradas por un proyecto de izquierda? En líneas gruesas, fue la derecha la que ganó la noche del domingo.
La Nueva Mayoría es un proyecto político en desintegración y nosotros estamos recién empezando. Es el momento en que el viejo mundo no termina de morir y el nuevo mundo no termina de nacer, entonces nacen los monstruos. Y ese es el rol que le corresponde a la derecha hoy día. Las mayorías no están dadas, es algo que también se construye. Queda un largo camino por recorrer y lo importante es que no se nos suban los humos a la cabeza.